Leer un texto no significa solamente conocer las letras y las palabras que se forman, sino que significa saber interpretar significados, leer una imagen no significa únicamente identificar la forma y la estructura. El desconocimiento del de este lenguaje deja al receptor de los mensajes audiovisuales pasivo ante los impactos emotivos que va recibiendo con las imágenes.
“La cuestión central no es que haya que utilizar más los medios de comunicación en el aula... tampoco se trata de que necesitemos preparar a los niños para que sepan ver el cine o la televisión. La urgencia es que necesitamos preparar a los niños para que sepan vivir y sobrevivir en un mundo donde la imagen y las relaciones simbólicas son las que configuran la realidad”
En la construcción del lenguaje verbal no es suficiente la mezcla de nombres de verbos y adjetivos, si no que se deben seguir unas normas que permitan que las frases sean significativas y obtengan un valor. De la misma manera, cuando creamos un mensaje audiovisual se deben seguir unas normas sintácticas que, además, influirán en el significado final del mensaje.
En un mensaje audiovisual se tienen en cuenta:
Los planos que son la proximidad de la cámara cuando se realiza una fotografía o una toma los principales planos son los descriptivos, el plano general, el plano narrativo, el plano entero, el plano americano, y los planos expresivos
Los ángulos se consideran como una línea que sale perpendicular al objetivo de la cámara y que pasa por la cara del personaje principal los ángulos se denomina según la posición en ángulo normal, ángulo picado, ángulo contrapicado y ángulo de inclinación lateral.
La composición es la distribución de los elementos que intervienen en una imagen dentro del encuadramiento que se realiza a partir del formato de la imagen y de acuerdo con la intencionalidad semántica o estética que se tenga. Se pueden considerar diversos aspectos: líneas verticales, líneas horizontales , líneas inclinadas, líneas curvas .
El aire espacio más o menos vacío que se deja entre los sujetos principales que aparecen en una imagen y los límites del encuadre.
SIMETRÍA Esta se produce cuando en un encuadre aparece repetido
GRAN ANGULAR tienen una distancia focal corta. Los objetivos de gran angular amplían el campo visual y la profundidad de campo pero distorsionan la realidad, exageran la perspectiva y hacen que los objetos parezcan más distantes y lejanos de lo que están en realidad. El uso de este objetivo es recomendable para las tomas de objetos en movimiento, ya que permite mantener el enfoque con facilidad.
Continuidad El raccord o CONTINUIDAD hace referencia a la relación que existe entre las diferentes tomas de una filmación a fin de que no rompan en el receptor la ilusión de continuidad. Cada toma ha de tener relación con la anterior y servir de base para la siguiente. Por lo tanto se debe asegurar:
Ritmo se consigue a partir de una buena combinación de efectos y de una planificación variada. Constituye uno de los elementos que contribuirá más a hacer que las imágenes tengan o no atractivo para los espectadores.
Iluminación tiene un valor expresivo ya que puede resaltar o suprimir formas y crear una atmósfera determinada que produzca muy diversas sensaciones. Se pueden distinguir dos tipos básicos de iluminación: iluminación suave y iluminación dura. Las tomas interiores exigen crear luminosidad y contraste
lunes, 11 de octubre de 2010
Al leer el texto LAS ESCUELAS Y LA ENSEÑANZA EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN (José Manuel Pérez Tornero) quiero hacer una reflexión acerca de los aspectos que me llamaron más la atención, resaltando la importancia de la figura del maestro dentro de la escuela y como propiciador de medios.
Tal vez para muchos maestros sea casi imposible romper esquemas, entrar en la nueva era tecnológica, ser vanguardistas, pero tal vez lo que no han pensado es el cómo acceder a esa nueva realidad, esto tal vez se da porque para muchos es más sencillo después de haber memorizado un libro, dominar cierto tema, seguir en lo mismo, conservar su esquema, no se han tomado el trabajo de lo nuevo e imperante, no desean ser innovadores y gestores de otros mundos y otras realidades.
Se podría pensar que de un modo u otro lo que se está haciendo es una crítica reflexiva de los medios de comunicación para ponerlos al servicio de toda la sociedad en general, pero muy particularmente para los estudiantes que son entes activos y colectivos de la escuela, además articula como en primera instancia el único medio educativo que imperaba en las escuelas era el libro, ya que éste era el medio por el cual se entregaban y recibían los mensajes y se ejercía el poder, ambos basados en la escritura.
La escuela ignoraba o no quería ver que en cuanto a transmisora de conocimientos la sociedad podría contar y hacer uso de nuevos dispositivos de almacenamiento, clasificación, difusión, etc, de este modo se puede decir, entonces que se ha minimizado el tiempo que había que emplear en la búsqueda de tareas y realización de trabajos escolares con la nueva implementación del internet.
Dado el auge de estas nuevas tecnologías los maestros estamos en la tarea de ser creativos, innovadores, lograr una gran variedad en los contenidos, tratar de buscar las mejores alternativas de aprendizaje para lograr el dinamismo educativo y por ende lograr una mejor construcción de conocimientos, no podemos seguir viendo la televisión, los juegos interactivos, la música y otros como algo nocivo para la educación y para el aprendizaje, en lugar de ello es mirar como estos medios pueden ser potencialmente utilizados y aprovechados y dejar ver además la verdadera función del maestro: Ser orientadores, guías para fomentar así un proceso de aprendizaje colaborativo en donde la participación es conjunta.
Es así, como precisamente entra a jugar en el proceso educativo las nuevas tecnologías para brindar mejores oportunidades educativas, estás pueden ser utilizadas para mostrar la realidad desde diferentes ángulos, facilitándole al estudiante la capacidad para asimilar y acomodar sus nuevos conocimientos, sin duda alguna se necesita saber cuál puede ser el mejor dispositivo porque es necesario tener presente la interacción constante y consiente con la realidad.
Además es necesario ver las tecnologías con un mayor trasfondo, ya que éstas permiten combinar los tipos de presentación tradicionales como la televisión con la interactividad, esto le permitirá al docente contar con bases sólidas e indispensables para lograr la continuidad en su actividad educativa. A su vez, mejorar la práctica educativa servirá como medio para que todos los estudiantes logren el mayor desarrollo de capacidades y competencias, según las posibilidades reales de cada uno posea.
Nunca habrá límite para el uso de la creatividad en la educación cuando se es recursivo y se aprovecha de todas las oportunidades presentes en el medio y más cuando en nuestro papel docente tenemos presente el cambio constante que se da en la cultura y con ello las nuevas formas de enseñar y aprender. Podemos decir que no estamos solos, que las nuevas tecnologías abren el espectro de canales de comunicación permitiendo así aprender aun cuando no estamos en el mismo lugar al mismo tiempo; sin importar que se quiera hacer un comentario o una pregunta y algo más importante que se da con todo este auge es que no se tiene que estar presencialmente sino que se resolver una tarea o investigar un contenido desde cualquier otro lugar, produciéndose así una mejor participación en cuyos espacios alternos se propende también la comunicación y el aprendizaje.
Los nuevos medios a su vez comprometen el uso del lenguaje. Lo que conlleva a las competencias mediáticas poder desarrollar y promover las nuevas tecnologías y de los medios de comunicación, se definen como alfabetizaciones postmodernas, las cuales asumen nuevos lenguajes, nuevas prácticas sociales y nuevas maneras de relacionarse
Tal vez para muchos maestros sea casi imposible romper esquemas, entrar en la nueva era tecnológica, ser vanguardistas, pero tal vez lo que no han pensado es el cómo acceder a esa nueva realidad, esto tal vez se da porque para muchos es más sencillo después de haber memorizado un libro, dominar cierto tema, seguir en lo mismo, conservar su esquema, no se han tomado el trabajo de lo nuevo e imperante, no desean ser innovadores y gestores de otros mundos y otras realidades.
Se podría pensar que de un modo u otro lo que se está haciendo es una crítica reflexiva de los medios de comunicación para ponerlos al servicio de toda la sociedad en general, pero muy particularmente para los estudiantes que son entes activos y colectivos de la escuela, además articula como en primera instancia el único medio educativo que imperaba en las escuelas era el libro, ya que éste era el medio por el cual se entregaban y recibían los mensajes y se ejercía el poder, ambos basados en la escritura.
La escuela ignoraba o no quería ver que en cuanto a transmisora de conocimientos la sociedad podría contar y hacer uso de nuevos dispositivos de almacenamiento, clasificación, difusión, etc, de este modo se puede decir, entonces que se ha minimizado el tiempo que había que emplear en la búsqueda de tareas y realización de trabajos escolares con la nueva implementación del internet.
Dado el auge de estas nuevas tecnologías los maestros estamos en la tarea de ser creativos, innovadores, lograr una gran variedad en los contenidos, tratar de buscar las mejores alternativas de aprendizaje para lograr el dinamismo educativo y por ende lograr una mejor construcción de conocimientos, no podemos seguir viendo la televisión, los juegos interactivos, la música y otros como algo nocivo para la educación y para el aprendizaje, en lugar de ello es mirar como estos medios pueden ser potencialmente utilizados y aprovechados y dejar ver además la verdadera función del maestro: Ser orientadores, guías para fomentar así un proceso de aprendizaje colaborativo en donde la participación es conjunta.
Es así, como precisamente entra a jugar en el proceso educativo las nuevas tecnologías para brindar mejores oportunidades educativas, estás pueden ser utilizadas para mostrar la realidad desde diferentes ángulos, facilitándole al estudiante la capacidad para asimilar y acomodar sus nuevos conocimientos, sin duda alguna se necesita saber cuál puede ser el mejor dispositivo porque es necesario tener presente la interacción constante y consiente con la realidad.
Además es necesario ver las tecnologías con un mayor trasfondo, ya que éstas permiten combinar los tipos de presentación tradicionales como la televisión con la interactividad, esto le permitirá al docente contar con bases sólidas e indispensables para lograr la continuidad en su actividad educativa. A su vez, mejorar la práctica educativa servirá como medio para que todos los estudiantes logren el mayor desarrollo de capacidades y competencias, según las posibilidades reales de cada uno posea.
Nunca habrá límite para el uso de la creatividad en la educación cuando se es recursivo y se aprovecha de todas las oportunidades presentes en el medio y más cuando en nuestro papel docente tenemos presente el cambio constante que se da en la cultura y con ello las nuevas formas de enseñar y aprender. Podemos decir que no estamos solos, que las nuevas tecnologías abren el espectro de canales de comunicación permitiendo así aprender aun cuando no estamos en el mismo lugar al mismo tiempo; sin importar que se quiera hacer un comentario o una pregunta y algo más importante que se da con todo este auge es que no se tiene que estar presencialmente sino que se resolver una tarea o investigar un contenido desde cualquier otro lugar, produciéndose así una mejor participación en cuyos espacios alternos se propende también la comunicación y el aprendizaje.
Los nuevos medios a su vez comprometen el uso del lenguaje. Lo que conlleva a las competencias mediáticas poder desarrollar y promover las nuevas tecnologías y de los medios de comunicación, se definen como alfabetizaciones postmodernas, las cuales asumen nuevos lenguajes, nuevas prácticas sociales y nuevas maneras de relacionarse
Cuando se habla de innovación se da la idea de una mera introducción de algo nuevo y diferente, lo único que nos queda claro es que esta idea de innovación deja la lucidez de algo nuevo y mejorado que ayudara a enriquecer el alcance de los objetivos que se pretenden alcanzar, la innovación genera un cambio y para que este cambio sea exitoso es necesario que se desee y se tenga un estado consiente, esto significa que deber ser de una voluntad decidida y planeada, además esta forma de innovar debe estar en compañía de un proceso guía con el propósito de que cuando se dé el cambio no se afecte la forma y el ritmo de asimilación.
Algunas bases de la innovación y que se pretenden tener claras son que la innovación no solo es crear una actividad o cosa totalmente nueva, sino también mejorar lo ya existente en aras de mejorar la eficiencia, La innovación es producto de dos factores indispensables: estudio e ingenio y Las llaves de la innovación son la creatividad, la efectividad y el dinamismo.
Para una buena innovación se hace necesario crear una habito de creatividad esto se logra definiendo el inicio y el objetivo final de la actividad, dejando claro los pasos que se deben seguir a la hora de una toma de decisión o un conflicto para así no caer en la típica idea de que el profesor da la solución cuando esta no se encuentra fácilmente, también hay que tener claro cuáles son los recursos con los que se cuenta para seguir el rumbo y cumplir a cabalidad el objetivo propuesto.
También es importante promover la costumbre de afectividad, partiendo del respeto que se crea en los grupos colaborativos naciendo así la confianza recíproca entre los miembros del equipo, exponiendo las habilidades propias sin miedo al rechazo y abandonando las ideas de poder e individualidad, generando la comunicación de los integrantes con aras al éxito del grupo.
Un ambiente adecuado potencializa las capacidades de cada uno de los miembros del grupo fomentando el desarrollo la detención continua del crecimiento individual y grupal, generando estabilidad y conciencia en el mutuo aprendizaje de los involucrados y la unión dela fuerza para brindar el mayor beneficio para todos.
Al querer innovar se genera un dinamismo continuo entendiendo por este un movimiento, y no una velocidad evitando caer en el vicio de correr sin sentido y cambiar sin razón el rumbo y el objetivo, el dinamismo es desarrollo, no estancamiento; para no quedarnos en la estacionalidad y el temor al cambio; el dinamismo es acción, no pasión, así se evitara el cansancio y el aburrimiento de un grupo colaborativo.
Propiciando la curiosidad hacia el cambio, buscando convertirlo en algo atractivo, propiciando el deseo del avance efectivo, generando continuos acercamientos hacia el objetivo final y propiciando el instinto de superación del grupo e individual, de forma que antes de alcanzar los objetivos impuestos, se desarrollen nuevos objetivos con todo lo anterior se lograra con éxito Potenciar el grupo como célula básica de aprendizaje significativo logrando así una innovación y un buen desarrollo del procesos de la búsqueda de una educación que forme sujetos autónomos.
Comparto el ideal de Freinet pues se debe construir un escenario pedagógico para permita que las habilidades y facultades de los estudiantes se potencialicen para crear un conocimiento auto gestionado, para esto los docentes necesitamos preocuparnos por ser innovadores y creativos rompiendo esquemas de la educación actual que está subvalorando las verdaderas dimensiones educativas.
En nuestra sociedad las nuevas tecnologías ganan más campo he importancia en un cambio social, desde la trasmisión oral, el almacenamiento, la radio y la televisión, hasta la interactividad que se vive hoy en la red donde se vivencia la escritura, el lenguaje audiovisual permitiendo la interlocución de cualquier persona con la ampliación de intercambio de información y de relaciones personales todo esto en conjunto con el envejecimiento de la sociedad avanzada crea un escenario en el que se cambia el concepto de educación para la vida, por el concepto de educación durante toda la vida es por eso que se hace necesario una nueva figura de educador y un replanteamiento de la educación para adaptarse a nuevas circunstancia sociales y un entorno educativo más favorable.
Para lograr ser un buen educomunicador además de los planteamientos que nos da Freienet debo tener en cuenta.
Dedicar la mayor parte del tiempo con los alumnos a hablar o a escuchar
Marcar metas inamovibles y concretas, Dejar la expresión no verbal como hermano pequeño de los métodos de aprendizaje y cosa superficial innovar, imponiendo las nuevas tecnologías y reforzando los cajones invisibles entre las terminales.
Algunas bases de la innovación y que se pretenden tener claras son que la innovación no solo es crear una actividad o cosa totalmente nueva, sino también mejorar lo ya existente en aras de mejorar la eficiencia, La innovación es producto de dos factores indispensables: estudio e ingenio y Las llaves de la innovación son la creatividad, la efectividad y el dinamismo.
Para una buena innovación se hace necesario crear una habito de creatividad esto se logra definiendo el inicio y el objetivo final de la actividad, dejando claro los pasos que se deben seguir a la hora de una toma de decisión o un conflicto para así no caer en la típica idea de que el profesor da la solución cuando esta no se encuentra fácilmente, también hay que tener claro cuáles son los recursos con los que se cuenta para seguir el rumbo y cumplir a cabalidad el objetivo propuesto.
También es importante promover la costumbre de afectividad, partiendo del respeto que se crea en los grupos colaborativos naciendo así la confianza recíproca entre los miembros del equipo, exponiendo las habilidades propias sin miedo al rechazo y abandonando las ideas de poder e individualidad, generando la comunicación de los integrantes con aras al éxito del grupo.
Un ambiente adecuado potencializa las capacidades de cada uno de los miembros del grupo fomentando el desarrollo la detención continua del crecimiento individual y grupal, generando estabilidad y conciencia en el mutuo aprendizaje de los involucrados y la unión dela fuerza para brindar el mayor beneficio para todos.
Al querer innovar se genera un dinamismo continuo entendiendo por este un movimiento, y no una velocidad evitando caer en el vicio de correr sin sentido y cambiar sin razón el rumbo y el objetivo, el dinamismo es desarrollo, no estancamiento; para no quedarnos en la estacionalidad y el temor al cambio; el dinamismo es acción, no pasión, así se evitara el cansancio y el aburrimiento de un grupo colaborativo.
Propiciando la curiosidad hacia el cambio, buscando convertirlo en algo atractivo, propiciando el deseo del avance efectivo, generando continuos acercamientos hacia el objetivo final y propiciando el instinto de superación del grupo e individual, de forma que antes de alcanzar los objetivos impuestos, se desarrollen nuevos objetivos con todo lo anterior se lograra con éxito Potenciar el grupo como célula básica de aprendizaje significativo logrando así una innovación y un buen desarrollo del procesos de la búsqueda de una educación que forme sujetos autónomos.
Comparto el ideal de Freinet pues se debe construir un escenario pedagógico para permita que las habilidades y facultades de los estudiantes se potencialicen para crear un conocimiento auto gestionado, para esto los docentes necesitamos preocuparnos por ser innovadores y creativos rompiendo esquemas de la educación actual que está subvalorando las verdaderas dimensiones educativas.
En nuestra sociedad las nuevas tecnologías ganan más campo he importancia en un cambio social, desde la trasmisión oral, el almacenamiento, la radio y la televisión, hasta la interactividad que se vive hoy en la red donde se vivencia la escritura, el lenguaje audiovisual permitiendo la interlocución de cualquier persona con la ampliación de intercambio de información y de relaciones personales todo esto en conjunto con el envejecimiento de la sociedad avanzada crea un escenario en el que se cambia el concepto de educación para la vida, por el concepto de educación durante toda la vida es por eso que se hace necesario una nueva figura de educador y un replanteamiento de la educación para adaptarse a nuevas circunstancia sociales y un entorno educativo más favorable.
Para lograr ser un buen educomunicador además de los planteamientos que nos da Freienet debo tener en cuenta.
Dedicar la mayor parte del tiempo con los alumnos a hablar o a escuchar
Marcar metas inamovibles y concretas, Dejar la expresión no verbal como hermano pequeño de los métodos de aprendizaje y cosa superficial innovar, imponiendo las nuevas tecnologías y reforzando los cajones invisibles entre las terminales.
REFLEXION ALREDEDOR DE “EL PRIMER DIA DE CLASE”
Inicialmente el texto antes mencionado da a conocer la atmosfera que se habita en un aula de clase especialmente para los docentes que inician su ejerció pedagógico. Muchos de ellos son doblegados por el medio porque se ven enfrentados a juicios que hacen latente la discriminación de sus alumnos, el docente se ve obligado a dominar el temor de hablar en público, el temor de no ser capaz de manejar en pensamiento conectado con la razón(conocimiento vs quinestesico)
Luego el docente debe entrar en una dinámica de acercamiento a lo estudiantes, para ello se hace necesario tener a la mano dinámicas de rompe hielo (chistes, canciones, dinámicas con el nombre etc) durante esta actividad se bajan las tensiones del aula, se trasforman en ambiente jovial, cálido t tranquilo, el plan a seguir por el docente es adoptar una posición seria de respeto no de autoridad, comenzar por presentarse y dando a conocer el abanico de posibilidades cognoscitivas que cada estudiante va a adquirir en el desarrollo de su asignatura y como estas habilidades podrán ayudarlo a desenvolverse en la vida académica y cultural.
Posteriormente el docente hará una lectura de quienes son sus estudiantes dentro y fuera del aula, para el esto será muy importante pues conocerá verdaderamente las intensiones de sus alumnos a la vez que también le ayudara a tener un acercamiento con ellos y podrá demostrar su rol afectivo y así extender las posibilidades de que sus alumnos lo aprecien primero como ser humano y posteriormente como docente.
El docente está en la tarea de contextualizarse, de aquellos conflictos que se viven en el lugar donde está ubicada la institución educativa, debe hacer una lectura de cómo esto afecta la forma de actuar de sus estudiantes y como estos se desenvuelven en los problemas que surgen, el maestro debe estar atento a todos y a cada uno de las dificultades que presentan sus alumnos tanto anímicamente como intelectualmente, el docente debe ser mediador del conocimiento y mediador de la enseñanza y aprendizaje para y por la vid, debe motivar a sus estudiantes a que se pongan altas metas que sean más conflictivos y que dejen a un lado el fracaso para ser alguien en la vida.
El docente debe ganarse la autoridad con respeto no imponiendo reglas a su amaño en las cuales solo se beneficie el, el docente debe estar entre el límite de la paciencia y la impaciencia, debe ser valiente, tolerante, humilde, progresista, amoroso, todas estas son características propias de un docente que mas que docente es un ser humano dotado de conocimiento que pone al servicio de una comunidad como tal.
Como educadores estaremos en constante aprendizaje y en una retroalimentación. Pero es importante no solo dedicarnos a leer diferentes códigos de las ciencias en el aula, sino también leer el mundo en el que estamos e integrar la palabra con el mundo.
Inicialmente el texto antes mencionado da a conocer la atmosfera que se habita en un aula de clase especialmente para los docentes que inician su ejerció pedagógico. Muchos de ellos son doblegados por el medio porque se ven enfrentados a juicios que hacen latente la discriminación de sus alumnos, el docente se ve obligado a dominar el temor de hablar en público, el temor de no ser capaz de manejar en pensamiento conectado con la razón(conocimiento vs quinestesico)
Luego el docente debe entrar en una dinámica de acercamiento a lo estudiantes, para ello se hace necesario tener a la mano dinámicas de rompe hielo (chistes, canciones, dinámicas con el nombre etc) durante esta actividad se bajan las tensiones del aula, se trasforman en ambiente jovial, cálido t tranquilo, el plan a seguir por el docente es adoptar una posición seria de respeto no de autoridad, comenzar por presentarse y dando a conocer el abanico de posibilidades cognoscitivas que cada estudiante va a adquirir en el desarrollo de su asignatura y como estas habilidades podrán ayudarlo a desenvolverse en la vida académica y cultural.
Posteriormente el docente hará una lectura de quienes son sus estudiantes dentro y fuera del aula, para el esto será muy importante pues conocerá verdaderamente las intensiones de sus alumnos a la vez que también le ayudara a tener un acercamiento con ellos y podrá demostrar su rol afectivo y así extender las posibilidades de que sus alumnos lo aprecien primero como ser humano y posteriormente como docente.
El docente está en la tarea de contextualizarse, de aquellos conflictos que se viven en el lugar donde está ubicada la institución educativa, debe hacer una lectura de cómo esto afecta la forma de actuar de sus estudiantes y como estos se desenvuelven en los problemas que surgen, el maestro debe estar atento a todos y a cada uno de las dificultades que presentan sus alumnos tanto anímicamente como intelectualmente, el docente debe ser mediador del conocimiento y mediador de la enseñanza y aprendizaje para y por la vid, debe motivar a sus estudiantes a que se pongan altas metas que sean más conflictivos y que dejen a un lado el fracaso para ser alguien en la vida.
El docente debe ganarse la autoridad con respeto no imponiendo reglas a su amaño en las cuales solo se beneficie el, el docente debe estar entre el límite de la paciencia y la impaciencia, debe ser valiente, tolerante, humilde, progresista, amoroso, todas estas son características propias de un docente que mas que docente es un ser humano dotado de conocimiento que pone al servicio de una comunidad como tal.
Como educadores estaremos en constante aprendizaje y en una retroalimentación. Pero es importante no solo dedicarnos a leer diferentes códigos de las ciencias en el aula, sino también leer el mundo en el que estamos e integrar la palabra con el mundo.
Comparto esta interesante reflexion relaizada el sábado 29 de mayo de 2010
Publicado por Luis David Tobón López en 04:04
lunes 17 de mayo de 2010
¿Será que al fin la universidad puede sacudirse sus telarañas?
Por: Luis David Tobón López
El tema de la educación actual, siempre es recurrente. A propósito del Día de Internet hoy 17 de mayo, quedan muchas reflexiones sobre el presente y el futuro de La Universidad.
Las pruebas ECAES, aquí en nuestro contexto, son unos exámenes tipo test, en los que dizque se mide el conocimiento. ¿No es esto una gran contradicción cuando hablamos de Edupunk, Proyecto Facebook, Campus Móvil, Universidad Invisible entre otras propuestas innovadoras que muestran las vías de una comunicación inteligente, colaborativa en red?
No me canso de preguntármelo, puesto que en las universidades locales, cada vez la marea de titulitis, ecaetitis, y acreditacionitis, pone a la institución 100 años atrás, y de esa manera es que llega el desarrollo y creen que están en prácticas de avanzada...
¿Hasta cuándo el Ministerio condicionará la educación para hacerla cada vez menos creativa y aplicable al nuevo entorno en el que nos movemos? "Los estudiantes no deben sacar 5", "exigirles, preguntarles memorísticamente", son algunas de las voces gastadas y repetidas de los fantasmas que se escuchan en la U, y son instituciones que dicen estar a la vanguardia.
Los estados nación, poco a poco, pierden su aparato que también es obsoleto, o se acomodan, o siempre padecerán la incredulidad de los ciudadanos.
La universidad está en crisis, no hay duda, los modelos de hace 100 años continúan vigentes en unas prácticas que sólo repiten y castran cualquier viso de creatividad o diferencia. Los modelos son transmisionistas; repeticiones, jerarquías, acartonamientos, encabezan el desfile macabro y de decadencia.
¿Cuánto tiempo más nos queda el modelo de MR Winkle, después de haber estado congelado 100 años y cuando llega a la "nueva época" percibe todos los cambios a su alrededor, menos en la escuela?
HOY 17 DE MAYO, OJALÁ LAS UNIVERSIDADES SACUDAN SUS TELARAÑAS Y HAGAN UNA QUE OTRA ASEPSIA. (No generalizo, son algunas universidades, otras hacen grandes esfuerzos y por eso se diferencian).
Por si acaso: Ojalá las telarañas, se hicieran en las universidades por crear redes y trabajo colaborativo, y no por quedarse en los mismos esquemas que las convierten en museos anacrónicos al discurso actual.
Publicado por Luis David Tobón López en 04:04
lunes 17 de mayo de 2010
¿Será que al fin la universidad puede sacudirse sus telarañas?
Por: Luis David Tobón López
El tema de la educación actual, siempre es recurrente. A propósito del Día de Internet hoy 17 de mayo, quedan muchas reflexiones sobre el presente y el futuro de La Universidad.
Las pruebas ECAES, aquí en nuestro contexto, son unos exámenes tipo test, en los que dizque se mide el conocimiento. ¿No es esto una gran contradicción cuando hablamos de Edupunk, Proyecto Facebook, Campus Móvil, Universidad Invisible entre otras propuestas innovadoras que muestran las vías de una comunicación inteligente, colaborativa en red?
No me canso de preguntármelo, puesto que en las universidades locales, cada vez la marea de titulitis, ecaetitis, y acreditacionitis, pone a la institución 100 años atrás, y de esa manera es que llega el desarrollo y creen que están en prácticas de avanzada...
¿Hasta cuándo el Ministerio condicionará la educación para hacerla cada vez menos creativa y aplicable al nuevo entorno en el que nos movemos? "Los estudiantes no deben sacar 5", "exigirles, preguntarles memorísticamente", son algunas de las voces gastadas y repetidas de los fantasmas que se escuchan en la U, y son instituciones que dicen estar a la vanguardia.
Los estados nación, poco a poco, pierden su aparato que también es obsoleto, o se acomodan, o siempre padecerán la incredulidad de los ciudadanos.
La universidad está en crisis, no hay duda, los modelos de hace 100 años continúan vigentes en unas prácticas que sólo repiten y castran cualquier viso de creatividad o diferencia. Los modelos son transmisionistas; repeticiones, jerarquías, acartonamientos, encabezan el desfile macabro y de decadencia.
¿Cuánto tiempo más nos queda el modelo de MR Winkle, después de haber estado congelado 100 años y cuando llega a la "nueva época" percibe todos los cambios a su alrededor, menos en la escuela?
HOY 17 DE MAYO, OJALÁ LAS UNIVERSIDADES SACUDAN SUS TELARAÑAS Y HAGAN UNA QUE OTRA ASEPSIA. (No generalizo, son algunas universidades, otras hacen grandes esfuerzos y por eso se diferencian).
Por si acaso: Ojalá las telarañas, se hicieran en las universidades por crear redes y trabajo colaborativo, y no por quedarse en los mismos esquemas que las convierten en museos anacrónicos al discurso actual.
jueves, 9 de septiembre de 2010
“primer día de clase”,se plantean los sentimientos que se Viven en el primer dia de clase de un maestro, como: la inseguridad, los nervios, el entusiasmo, el miedo, sentimiento que nunca nos va a abandonar, un miedo que debemos educar y enfrentarlo para ser superado; además, es algo que debemos comunicarlo, pues el miedo es algo natural que nos hace humanos y al querer demostrar lo contrario nos hace ver más débiles; también se planteo lo conveniente que era hacer lectura de la clase, haciendo fichas diarias donde se evidencie las experiencias formativas.
¿en qué medida el miedo que siente el educador en sus primeras experiencias docente, contribuye al progreso o al fracaso de su práctica?.El miedo es importante, pues este nos ayuda a mejorar, a no fracasar; ¿cuál sería el consejo que Freire le quiere dar al maestro joven? ninguno esta exonerado de sentir miedo ese primer día de clase y la invitación que nos hacen es a afrontarlo, a no tratar de fingirlo y por supuesto a no a abandonar la lectura de la clase, pues el maestro así es como construye su conocimiento.
QUINTA CA~TA
Ahora me gustaría entregarrne, no con espontaneísmo pero sí con espontaneidad, a una serie de problemas con los que de vez en cuando se enfrenta la maestra, no sólo la inexperta sino también la experimentada, y a los que tiene que dar respuesta. No es que al escribir esta carta pase por mi ánimo tener yo la respuesta a los problemas o dificultades que iré señalando. Pero por otro lado, que tampoco crea no tener una sugerencia útil para dar, resultado de mi experiencia y de mi conocimiento sistematizado. Si al escribir, no sólo esta carta sino el libro mismo, me asaltara la idea de que poseo la verdad completa sobre los diferentes tópicos discutidos, estaría traicionando mi comprensión del proceso de conocimiento como proceso social e inconcluso, como devenir. Por otro lado, si creyese no tener nada que contribuir a la formación de quien se prepara para asumirse como maestro y de quien ya está insertado en la práctica doceni.c, no debería haber escrito el libro, por inútil.
No poseo la verdad --este libro contiene verdades y mi sueño es que ellas, provocando o desafiando las posiciones asumidas por sus l¿ctores, los comprometan en un diálogo crítico que tenga como campo de referencia su práctica, así como su comprensión de la teoría que la fundamenta y los análisis que hago' aquí. Jamás he escrito hasta hoy ningún libro con la intención de que su contenido fuese deglutido por sus posibles lectores y lectoras. Es por eso por lo que en una de las cartas he insistido tanto en el
indeclinable papel del lector en la producción de !a inteli-
gencia del texto. ,
Hay algo más que me gustaría aclarar: en el trayecto que recorreré sobre los temas a tratar, en las idas y venidas en que los voy tomando, deberé retomar a algunos de los temas ya referidos anteriormente. Me esforlaré para que esto resulte esclarecedor en lugar de redundante.
Comenzaré por exponer la situación de quien, por primera vez, se expone por entero a los alumnos.
Difícil,mente estará este primer día libre de inseguridades, de timidez o inhibiciones, principalmente si la maestra o el maestro más que pensarse inseguro se encuentra realmente inseguro, y se siente alcanzado por el miedo de no ser capaz de conducir los trabajos ni de sortear las dificultades. En el fondo, de repente, la situación concreta que ella o él enfrentan en el salón de clase no tiene casi nada que ver con los discurs.os teóricos que se acostumbraron a escuchar. En ocasiones incluso existe alguna relación entre lo que escucharon y estudiaron, pero los asalta una incertidumbre demasiado grande que los deja aturdidos y confusos. No saben cómo decidir.
De hecho, el miedo es un derecho más al que corres-' ponde el deber de educar, de asumido para superarlo.; . Asumir el miedo es no huir de él, es analizar su razón de ser, es medir la relación entre lo que lo causa y nuestra capacidad de respuesta. Asurrür el miedo es no esconderlo, solamente así podremos vencerlo.
A lo largo de mi vida nunca he perdido nada por exponerme a mí mismo y a mis sentimientos, evidente~. mente dentro de ciertos límites. En una situación como ésta, creo que en lugar de la expresión de una falsa seguridad, en lugar de un discurso que de tan disimulador revela nuestra debilidad, lo mejor es enfrentar nuestro sentimiento. Lo mejor es decirle a los educando~lo que
estamos sintiendo en una demostración de que somos humanos y limitados. Es hablarles sobre el propio derecho al miedo, que no puede ser negado a la figura del educador o de la educadora. Así como el educando, ellos tienen derecho de tener miedo. El educador no es un ser invulne-
" . "
rabIe. Es tan gente, tan sentimiento y emoción como el "
educando. Frente al miedo, lo que lo contraindica para ser educador es la incapacidad de luchar para sobreponerse al miedo, y no el hecho de sentirlo o no. El miedo de cómo se va a salir adelante en su primer día de clase, muchas veces frente a alumnos ya experimentados que adivinan la" inseguridad"'del maestrónovato, es por demás natural.
Hablando de sU miedo, de su inseguridad, el educador por un lado va haciendo una especie de catarsis inf?ispen-
" sable para elcontrol del miedo, y por el otro se va g~ando la cohfianza de los educandos. En vez de tratar de esconder el miedo con disfraces autoritarios fácilmente reconocibles por los educandos, el maestro lo manifestó con humildad. Hablando de su sentimiento se reveló y se mostró como ser humano. Testificó también su deseo de aprender con los educandos. Es evidente que esta postura necesaria de la educadora Jrente a los educandos y en func'ón de su miedo requiere de. ella la :tJaz" que le otorga la umildad. Pero también requiere una profunda confianza -no ingenua sino crítica- en los otros y una opción, v" . da cohe-
" rentemente, por la democracia. Una educa e itista,
autoritaria, de esas para quienes la demacra iesenta síntomas de deteriorarse cuando las clases o mienzan a llenar las calles con sus protestas,' ás enter1::
" derá la humildad de asuffili "el" miedo,'a" n'o ser como una cobardía. En realidad, el hecho de asumir el m "edo es el comienzo del proceso para transformarlo en valen ía.
Otro aspecto fundamental relacionado con las primeras experiencias docentes de las jóvenes maestras, es la de que
¿en qué medida el miedo que siente el educador en sus primeras experiencias docente, contribuye al progreso o al fracaso de su práctica?.El miedo es importante, pues este nos ayuda a mejorar, a no fracasar; ¿cuál sería el consejo que Freire le quiere dar al maestro joven? ninguno esta exonerado de sentir miedo ese primer día de clase y la invitación que nos hacen es a afrontarlo, a no tratar de fingirlo y por supuesto a no a abandonar la lectura de la clase, pues el maestro así es como construye su conocimiento.
QUINTA CA~TA
Ahora me gustaría entregarrne, no con espontaneísmo pero sí con espontaneidad, a una serie de problemas con los que de vez en cuando se enfrenta la maestra, no sólo la inexperta sino también la experimentada, y a los que tiene que dar respuesta. No es que al escribir esta carta pase por mi ánimo tener yo la respuesta a los problemas o dificultades que iré señalando. Pero por otro lado, que tampoco crea no tener una sugerencia útil para dar, resultado de mi experiencia y de mi conocimiento sistematizado. Si al escribir, no sólo esta carta sino el libro mismo, me asaltara la idea de que poseo la verdad completa sobre los diferentes tópicos discutidos, estaría traicionando mi comprensión del proceso de conocimiento como proceso social e inconcluso, como devenir. Por otro lado, si creyese no tener nada que contribuir a la formación de quien se prepara para asumirse como maestro y de quien ya está insertado en la práctica doceni.c, no debería haber escrito el libro, por inútil.
No poseo la verdad --este libro contiene verdades y mi sueño es que ellas, provocando o desafiando las posiciones asumidas por sus l¿ctores, los comprometan en un diálogo crítico que tenga como campo de referencia su práctica, así como su comprensión de la teoría que la fundamenta y los análisis que hago' aquí. Jamás he escrito hasta hoy ningún libro con la intención de que su contenido fuese deglutido por sus posibles lectores y lectoras. Es por eso por lo que en una de las cartas he insistido tanto en el
indeclinable papel del lector en la producción de !a inteli-
gencia del texto. ,
Hay algo más que me gustaría aclarar: en el trayecto que recorreré sobre los temas a tratar, en las idas y venidas en que los voy tomando, deberé retomar a algunos de los temas ya referidos anteriormente. Me esforlaré para que esto resulte esclarecedor en lugar de redundante.
Comenzaré por exponer la situación de quien, por primera vez, se expone por entero a los alumnos.
Difícil,mente estará este primer día libre de inseguridades, de timidez o inhibiciones, principalmente si la maestra o el maestro más que pensarse inseguro se encuentra realmente inseguro, y se siente alcanzado por el miedo de no ser capaz de conducir los trabajos ni de sortear las dificultades. En el fondo, de repente, la situación concreta que ella o él enfrentan en el salón de clase no tiene casi nada que ver con los discurs.os teóricos que se acostumbraron a escuchar. En ocasiones incluso existe alguna relación entre lo que escucharon y estudiaron, pero los asalta una incertidumbre demasiado grande que los deja aturdidos y confusos. No saben cómo decidir.
De hecho, el miedo es un derecho más al que corres-' ponde el deber de educar, de asumido para superarlo.; . Asumir el miedo es no huir de él, es analizar su razón de ser, es medir la relación entre lo que lo causa y nuestra capacidad de respuesta. Asurrür el miedo es no esconderlo, solamente así podremos vencerlo.
A lo largo de mi vida nunca he perdido nada por exponerme a mí mismo y a mis sentimientos, evidente~. mente dentro de ciertos límites. En una situación como ésta, creo que en lugar de la expresión de una falsa seguridad, en lugar de un discurso que de tan disimulador revela nuestra debilidad, lo mejor es enfrentar nuestro sentimiento. Lo mejor es decirle a los educando~lo que
estamos sintiendo en una demostración de que somos humanos y limitados. Es hablarles sobre el propio derecho al miedo, que no puede ser negado a la figura del educador o de la educadora. Así como el educando, ellos tienen derecho de tener miedo. El educador no es un ser invulne-
" . "
rabIe. Es tan gente, tan sentimiento y emoción como el "
educando. Frente al miedo, lo que lo contraindica para ser educador es la incapacidad de luchar para sobreponerse al miedo, y no el hecho de sentirlo o no. El miedo de cómo se va a salir adelante en su primer día de clase, muchas veces frente a alumnos ya experimentados que adivinan la" inseguridad"'del maestrónovato, es por demás natural.
Hablando de sU miedo, de su inseguridad, el educador por un lado va haciendo una especie de catarsis inf?ispen-
" sable para elcontrol del miedo, y por el otro se va g~ando la cohfianza de los educandos. En vez de tratar de esconder el miedo con disfraces autoritarios fácilmente reconocibles por los educandos, el maestro lo manifestó con humildad. Hablando de su sentimiento se reveló y se mostró como ser humano. Testificó también su deseo de aprender con los educandos. Es evidente que esta postura necesaria de la educadora Jrente a los educandos y en func'ón de su miedo requiere de. ella la :tJaz" que le otorga la umildad. Pero también requiere una profunda confianza -no ingenua sino crítica- en los otros y una opción, v" . da cohe-
" rentemente, por la democracia. Una educa e itista,
autoritaria, de esas para quienes la demacra iesenta síntomas de deteriorarse cuando las clases o mienzan a llenar las calles con sus protestas,' ás enter1::
" derá la humildad de asuffili "el" miedo,'a" n'o ser como una cobardía. En realidad, el hecho de asumir el m "edo es el comienzo del proceso para transformarlo en valen ía.
Otro aspecto fundamental relacionado con las primeras experiencias docentes de las jóvenes maestras, es la de que
presento un video en el cual, se puede evidenciar el verdadero uso de la tecnologia en una instutucion, el gran valor y la ayuda que estas herramiuentas brindan a los estudiantes favoreciendo la comprension, el compañerismo y la responsabiliada, veremeos las reflexiones y testimonios de niños que han tenido el priveligio de implimentar estos mediosn en los estableciemitons educativos. el video es realizado por el educador Tonatiuh Quiñones. espero le sguste y podamos reflexionar.
Comparto con ustedes un análisis acerca del documento “la taxonomía de Bloom y el pensamiento crítico” de Barbara Fowler.
No todas las personas tenemos las mismas capacidades de adaptarnos a los diferentes ambientes y no todos utilizamos las mismas técnicas para adaptarnos. Las formas de aprendizaje son individuales y estas influyen en el desarrollo del sujeto, en la interacción con la sociedad y en los procesos de enseñanza aprendizaje. En la pedagogía actual cada vez se hace más hincapié en la idea de que el alumno debe jugar el papel principal en el aprendizaje, ajustándolo de acuerdo con sus necesidades y objetivos personales.
Las diferentes formas en que las personas aprenden, según la taxonomía de bloom se dividen en tres aspectos: el cognitivo, el afectivo y el psicomotor. Para este caso sólo se trato el primero, que hace hincapié en los desempeños intelectuales de los estudiantes y que incluye aquellos objetivos que, una vez conseguidos, hacen que el alumno sea capaz de reproducir algo que ha sido aprendido con anterioridad. Este domino se divide en diferentes categorías.
Primer nivel: conocimiento
Segundo nivel: comprensión
Tercer nivel: aplicación
Cuarto nivel: análisis
Quinto nivel: síntesis
Sexto nivel: evaluación
En estos niveles se plantean varias preguntas, y palabras claves las cuales ayudan a establecer en pensamiento crítico, a continuación daré la definición de cada uno de los niveles según se describen en la taxonomía de bloom
1. Conocimiento: se pretende recordar el material aprendido con anterioridad, como hechos, términos, conceptos básicos y respuestas. Tiene que ver con observar, recoger y recordar información.
2. Comprensión: se requiere demostrar el entendimiento de hechos e ideas organizando, comparando, traduciendo, interpretando, haciendo descripciones y exponiendo las ideas principales. Implica trasladar el conocimiento a nuevos contextos, una vez captado el significado.
3. Aplicación: se intenta resolver o solucionar problemas aplicando el conocimiento adquirido, hechos, técnicas y reglas de manera diferente. Implica hacer uso de la información.
4. Análisis: se busca examinar y fragmentar la información en diferentes partes mediante la identificación de causas y motivos; realizar inferencias y encontrar evidencias que apoyen generalizaciones.
5. Síntesis: compilar información y relacionarla de diferente manera combinando elementos con un nuevo patrón o proponiendo distintas alternativas de solución. Se utilizan las ideas viejas para crear otras nuevas. Generalizar a partir de datos, predecir conclusiones.
6. Evaluación: se requiere exponer y sustentar opiniones; realizar juicios sobre la información; validar ideas sobre trabajo de calidad con base en criterios establecidos.
Es importante entender que el término 'estilo de aprendizaje' se refiere al hecho de que cuando queremos aprender algo cada uno de nosotros utiliza su propio método o conjunto de estrategias. Aunque las estrategias concretas que utilizamos varían según lo que queramos aprender, para que este aprendizaje sea significativo hay que tener en cuenta tres principios estos modelos son tomados del modelo constructivista que me parece coinciden con la taxonomía de bloom
1. Motivar al estudiante para que realice un esfuerzo deliberado de relacionar los conocimientos nuevos con anteriores ya existentes en su estructura cognitiva.
2. Presentar los nuevos conocimientos mediante situaciones experienciales relacionadas con hechos u objetos.
3. Procurar que el alumno se implique afectivamente con el aprendizaje como una forma de darle un sentido y significación.
En la educación en general, pero en esta ocasión acerquémonos a la educación multimedia es importante tener presentes estos tres principios constructivistas y el domino cognitivo conformado por sus 6 niveles pues Las herramientas que las nuevas tecnologías brindan a la educación pueden llenar nuestros ambientes de una manera vertiginosa. Los distintos medios de distribución en la educación a distancia llegan innovando nuestra práctica educativa, acercan y permiten que el docente se convierta en facilitador.
En los contextos en que recientemente incursionan estos medios es importante reconocer lo que se gesta a partir de tales innovaciones, con estudios y evaluaciones que den cuenta de lo que sucede cuando se utilizan diversas herramientas. Como una estrategia para destacar la participación, el diálogo y la comunicación en varias vías al involucrar al docente y un grupo de estudiantes
Las diferentes formas en que las personas aprenden, según la taxonomía de bloom se dividen en tres aspectos: el cognitivo, el afectivo y el psicomotor. Para este caso sólo se trato el primero, que hace hincapié en los desempeños intelectuales de los estudiantes y que incluye aquellos objetivos que, una vez conseguidos, hacen que el alumno sea capaz de reproducir algo que ha sido aprendido con anterioridad. Este domino se divide en diferentes categorías.
Primer nivel: conocimiento
Segundo nivel: comprensión
Tercer nivel: aplicación
Cuarto nivel: análisis
Quinto nivel: síntesis
Sexto nivel: evaluación
En estos niveles se plantean varias preguntas, y palabras claves las cuales ayudan a establecer en pensamiento crítico, a continuación daré la definición de cada uno de los niveles según se describen en la taxonomía de bloom
1. Conocimiento: se pretende recordar el material aprendido con anterioridad, como hechos, términos, conceptos básicos y respuestas. Tiene que ver con observar, recoger y recordar información.
2. Comprensión: se requiere demostrar el entendimiento de hechos e ideas organizando, comparando, traduciendo, interpretando, haciendo descripciones y exponiendo las ideas principales. Implica trasladar el conocimiento a nuevos contextos, una vez captado el significado.
3. Aplicación: se intenta resolver o solucionar problemas aplicando el conocimiento adquirido, hechos, técnicas y reglas de manera diferente. Implica hacer uso de la información.
4. Análisis: se busca examinar y fragmentar la información en diferentes partes mediante la identificación de causas y motivos; realizar inferencias y encontrar evidencias que apoyen generalizaciones.
5. Síntesis: compilar información y relacionarla de diferente manera combinando elementos con un nuevo patrón o proponiendo distintas alternativas de solución. Se utilizan las ideas viejas para crear otras nuevas. Generalizar a partir de datos, predecir conclusiones.
6. Evaluación: se requiere exponer y sustentar opiniones; realizar juicios sobre la información; validar ideas sobre trabajo de calidad con base en criterios establecidos.
Es importante entender que el término 'estilo de aprendizaje' se refiere al hecho de que cuando queremos aprender algo cada uno de nosotros utiliza su propio método o conjunto de estrategias. Aunque las estrategias concretas que utilizamos varían según lo que queramos aprender, para que este aprendizaje sea significativo hay que tener en cuenta tres principios estos modelos son tomados del modelo constructivista que me parece coinciden con la taxonomía de bloom
1. Motivar al estudiante para que realice un esfuerzo deliberado de relacionar los conocimientos nuevos con anteriores ya existentes en su estructura cognitiva.
2. Presentar los nuevos conocimientos mediante situaciones experienciales relacionadas con hechos u objetos.
3. Procurar que el alumno se implique afectivamente con el aprendizaje como una forma de darle un sentido y significación.
En la educación en general, pero en esta ocasión acerquémonos a la educación multimedia es importante tener presentes estos tres principios constructivistas y el domino cognitivo conformado por sus 6 niveles pues Las herramientas que las nuevas tecnologías brindan a la educación pueden llenar nuestros ambientes de una manera vertiginosa. Los distintos medios de distribución en la educación a distancia llegan innovando nuestra práctica educativa, acercan y permiten que el docente se convierta en facilitador.
En los contextos en que recientemente incursionan estos medios es importante reconocer lo que se gesta a partir de tales innovaciones, con estudios y evaluaciones que den cuenta de lo que sucede cuando se utilizan diversas herramientas. Como una estrategia para destacar la participación, el diálogo y la comunicación en varias vías al involucrar al docente y un grupo de estudiantes
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Reflexion
Podemos realiza una profunda reflexión de cómo la estructura y los procesos del conocimiento están cambiando rápidamente con el arribo de las nuevas tecnologías, indicando que dos de los cambios principales que está sufriendo el conocimiento es su descentramiento y su diseminación. En el caso Jesus Martín Barbero se refiere al hecho de que los textos y las instituciones educativas, incluida la Universidad, ya no son el único lugar desde donde sale el conocimiento. El texto electrónico reemplaza al libro y con ello se desplaza también la forma clásica de leer y entender el mundo en forma lineal. El autor afirma que la misma diseminación tecnológica permite el acceso al conocimiento en cualquier momento lo que permite que el ciclo de aprendizaje también se altere y que al mismo tiempo los saberes, estratégicamente disciplinados durante el positivismo, ahora se contaminen entre sí más allá de cualquier centro difusor, alterando el férreo estructuramiento que el conocimiento vivió hasta ahora. Se produce un efecto de metamórfico de los imaginarios colectivos, de la inteligibilidad y la sensibilidad. El nuevo estatuto cognitivo de la imagen se produce a partir de su informatización. Vemos como la actual competitividad del mercado laboral implica que la información sea aplicable a sus contextos productivos y por ende la profesionalización va vinculada directamente al soporte de las nuevas tecnologías, surgen los nuevos profesionales como refacciones para aquellos que han construido un legado con sus aportes y es algo que a corto plazo resulta poco meritorio para quien es dueño del capital “queda sin sentido la empresa como comunidad y a la carrera profesional como temporalidad individual” “El valor del trabajo se divorcia así también del largo plazo y el largo tiempo de la solidaridad, para ligarse a una creatividad y una flexibilidad uncidas a la férrea lógica de la competitividad” Sin duda alguna al ver el video Mr Winkle, notamos como no podemos quedarnos inmersos en practicas tradicionalistas, es necesario entonces brindar herramientas que conviertan a las nuevas tecnologías de la información en un camino con el cual cimentemos una verdadera educación, pues si bien es cierto que la tecnología ahora es la dueña del conocimiento, somos nosotros quienes hacemos uso de este.
mr. winkle wakes
mr. winkle wakes
Evolucion
comparto con ustedes este vídeo que nos invita a reflexionar acerca de la evolucion que se esta viviendo en nuestra sociedad y lo que podría llegar a suceder si este este cambio no es asumido por la escuela pues esta es la única que a través de sus métodos pedagógicos puede lograr que esta trasformación sea un verdadero tesoro aprovechado por todos.
los dejo con el vídeo espero les ayude a reflexionar
los dejo con el vídeo espero les ayude a reflexionar
Do The Evolution ( Pearl Jam ) - Right Now
“Las escuelas y la enseñanza en la sociedad de la información”

Quiero compartir con ustedes este documento que plantea algunos temas fundamentales como el que hacer docente y el papel de la tecnología y los medios de comunicación en una sociedad que ha ido perdiendo lentamente los valores morales que antaño se defendían y en la que el consumismo, el sistema capitalista y una cantidad exorbitante de información, le ha ido perdiendo, por decirlo de alguna manera, la fe a la educación. Su lectura es
agradable porque habla de una realidad evidente, pero que a mi modo de ver, es desalentadora, y como docente en formación me lleva a cuestionar las razones por las que personas como yo decidimos tomar el camino de la docencia y creer en la educación. Si bien es cierto, la tecnología y los medios de comunicación se han convertido en una parte indispensable en la vida de las personas, la educación escolar no es ni dejará de ser nunca, el medio para acceder al conocimiento cultural e histórico. Es innegable que en la red aparece toda la información que podamos imaginar, sin embargo, el problema es saber cómo manejar esa información, como hacer para que deje de ser el contenido de una página web y un estudiante o una persona del común la interiorice. La adquisición del conocimiento debe tener una guía que encamine hacia objetivos definidos. Por otra parte, si hay que decir que a la escuela le falta llevar la tecnología al aula, aprenderla a usar y a manejarla adecuadamente para que no se convierta en un problema y sirva de apoyo en la realización de las actividades pedagógicas.
agradable porque habla de una realidad evidente, pero que a mi modo de ver, es desalentadora, y como docente en formación me lleva a cuestionar las razones por las que personas como yo decidimos tomar el camino de la docencia y creer en la educación. Si bien es cierto, la tecnología y los medios de comunicación se han convertido en una parte indispensable en la vida de las personas, la educación escolar no es ni dejará de ser nunca, el medio para acceder al conocimiento cultural e histórico. Es innegable que en la red aparece toda la información que podamos imaginar, sin embargo, el problema es saber cómo manejar esa información, como hacer para que deje de ser el contenido de una página web y un estudiante o una persona del común la interiorice. La adquisición del conocimiento debe tener una guía que encamine hacia objetivos definidos. Por otra parte, si hay que decir que a la escuela le falta llevar la tecnología al aula, aprenderla a usar y a manejarla adecuadamente para que no se convierta en un problema y sirva de apoyo en la realización de las actividades pedagógicas.
“Las escuelas y la enseñanza en la sociedad de la información”
José Manuel Pérez Tornero
José Manuel Pérez Tornero
CAPITULO 1

El final del siglo XX situó las escuelas, y la enseñanza en general, ante un nuevo escenario
tecnológico: repleto de satélites de comunicación, de fibra óptica, de información digitalizada,
de ordenadores personales cada vez más potentes, de realidad virtual, en resumen, en medio
de una gran explosión de la comunicación audiovisual. Pero también delante de un nuevo
escenario social: globalización financiera, desarrollo del comercio internacional, presión de
corte neoliberal sobre el Estado del bienestar, la deslocalización de la producción y el
imaginario consumista de una sociedad en que la tecnología se ha convertido en el fetiche
máximo. En conjunto, un brusco y profundo cambio de circunstancias.
Los centros de enseñanza han soportado la presión del cambio con crisis y contradicciones:
reformas, malestar docente, insuficiencia de recursos, desmotivación de los estudiantes,
desorientación, incertidumbre... Considerada desde una perspectiva global, la tecnología ha
influido en esta situación más por los efectos que ha generado en el contexto general que por
su propia incidencia en el interior de los centros educativos. De hecho, en términos generales la
renovación tecnológica en la educación es pobre y lenta en los países desarrollados y
escasísima en los no desarrollados. Esto explica que la presión y la necesidad del cambio en
los centros educativos, se vivan, sobre todo, como un clima de opinión, con independencia de
que estos centros se hayan actualizado desde el punto de vista técnico. La presión del discurso
de la modernidad tecnológica ha influido, directa o indirectamente, en muchas de las
reacciones que se registran en el ámbito educativo: desasosiego del profesorado, seguidismo
tecnológico por parte de los políticos, desconcierto de los estudiantes, etc.
De hecho, las escuelas tal vez no utilicen todavía cotidianamente ni la televisión, ni el vídeo, ni
los ordenadores, ni Internet, ni otros muchos sistemas técnicos —su historia está plena de
avances tecnológicos que con enormes dificultades se incorporan a su evolución, y, cuando lo
hacen, su influencia es apenas superficial—. Pero los niños y niñas, y los jóvenes que asisten a
ella —sobre todo en los países desarrollados—, tienen en sus hogares cada vez más cadenas
de televisión, más vídeos, más videojuegos, más ordenadores, correo electrónico y acceso a
Internet. Y lo mismo sucede en las empresas, comercios, instituciones y ciudades. Si la escuela
tiende a ser refractaria a la incorporación de nuevas tecnologías y suele cerrarle sus puertas,
éstas acaban entrando indirectamente por la ventana: quienes asisten a ella viven en un
entorno cada vez más determinado por estas nuevas tecnologías.
Sea más o menos lúcida la conciencia de los diferentes actores que participan en el sistema de
enseñanza sobre este proceso, en el ambiente está la idea de que algo sustancial está
cambiando. La enseñanza parece haber perdido parte de la autonomía y capacidad de acción
que tuvo en otros tiempos. Su valoración social ya no es la misma. Su tradición ya no ayuda a
reconocer el porvenir y a orientar la acción. Todo sucede como si estuviésemos entrando en
una nueva era de la que, todavía, no tuviésemos una buena carta de navegación.
En este texto, pretendemos sencillamente trazar un primer mapa de los grandes problemas con
que nos encontramos y, en particular, aquellos que tiene que ver con el cambio mediático y
comunicativo. Para ello, en una brevísima y arriesgada —por lo abrupta— síntesis,
repasaremos la génesis de la institución escolar con el objeto de reconocer las tendencias al
cambio —y sus contradicciones— que estamos viviendo en la actualidad. Agradecemos de
antemano al lector/a su comprensión ante una propuesta que utiliza la historia, posiblemente
con apresuramiento, para señalar, esquemática y gráficamente, un problema conceptual.
Los orígenes de la institución escolar
La escuela y los centros de enseñanza fueron durante siglos instituciones que gozaban de la
hegemonía —cuando no el monopolio— de la instrucción y del saber en la comunidad. Muchos
de ellos derivaban de instituciones sagradas —iglesias o corporaciones de sacerdotes— y, a
veces en virtud de su origen, poseían los textos sagrados que administraban y organizaban con
vistas a su función educativa y adoctrinadora. Algunos de ellos eran efectivamente sagrados: el
Corán, la Biblia, etc. Otros estaban auténticamente sacralizados (Hornero, Aristóteles, etc.).
Finalmente, otros, aunque de índole técnica, no dejaban de emparentarse estrechamente con
los textos matrices fundamentales. En cualquier caso, en todos ellos residía el conocimiento
que el cuerpo de profesores —en algunos casos incluso de sacerdotes o religiosos—
administraban a los estudiantes que aceptaban sus reglas. Al margen de estos textos, y fuera
de las escuelas, la producción y circulación del saber eran muy escasas y, en todo caso,
cuando representaban una ligerísima competencia a la escuela oficial, tendían a ser sofocadas.
Este monopolio de la instrucción —que obviamente tenía que ver con la estructura de poder de
una sociedad dada— se articulaba en una práctica expresivo-comunicativa: las técnicas de
lectoescritura y de interpretación textual.
De este modo, en general encontraremos que la iniciación a la escritura y a la lectura se fue
configurando como una especie de ritual iniciático o sistema de paso. El letrado o alfabetizado
forma parte ya de un cuerpo superior al que se le confía la gestión del conocimiento de una
sociedad. La escuela, por tanto, se especializa en esa compleja tarea que consiste en enseñar
a leer y a escribir. Y ninguna otra institución resulta más eficaz a este propósito.
Se da así, de hecho, una relación intrínseca y significativa entre la enseñanza, la escuela y el
sistema de escritura y lectura. No es casual, pues, que históricamente el modelo de escuela
que hoy conocemos se empezase a configurar en Mesopotamia con la civilización Sumeria
(3.100 a.C), que fue una de las primeras que logró descubrir y desarrollar un estilo singular de
escritura, la cuneiforme. Y, tal vez por ello, la civilización mesopotámica pudo legar a civilizaciones
posteriores la conformación general del modelo escolar que tenía y tuvo en la escritura
—y en las condiciones mediáticas, ambientales y técnicas que ésta necesita— un principio
organizador: «La distribución rectangular de las habitaciones; su tamaño, acomodando a treinta
o cuarenta estudiantes; su estructura, con filas de bancos encaradas hacia el profesor,
mantiene una innegable semejanza con nuestras modernas aulas, en las que, básicamente, se
enseñan los mismos temas que se enseñaban en Mesopotamia» (Logan, 1995, pág. 142;
véase también Kramer, 1956).
Más adelante, Platón (la Academia) y Aristóteles (el Liceo) sentaron las bases de las escuelas
de los dos milenios siguientes. Como disponían ya de una escritura alfabética basada en la
fonética, pudieron fundar un sistema de educación centrado en una metodología racionalista y
en una lógica deductiva que ha inspirado la educación occidental durante mucho tiempo.
A lo largo de muchos años el modelo se mantuvo con pequeñas variaciones, pero siempre
manteniendo la hegemonía de la escritura y de la lectura, y trasladando las posibilidades,
estilos y condicionantes propios de los documentos escritos y de los libros a la forma de
producir, reproducir y distribuir el saber.
Así, mientras hubo escasez de documentos y de depósitos de conocimiento, los espacios
escolares y educativos fueron lugares privilegiados, casi sagrados, porque guardaban y
administraban los pocos textos que existían, y, en su seno, congregaban a los maestros, sabios
y expertos que se debían mantener cerca de las fuentes de conocimiento. Al mismo tiempo,
siguieron cultivando la práctica de la escritura y de la lectura (y de la interpretación textual)
como el eje de todas sus actividades, a veces con ignorancia manifiesta de otras posibilidades
de producción de conocimiento. Y, como consecuencia de todo ello, las escuelas y los centros
de enseñanza se fueron consolidando como ámbitos orientados a la racionalidad y
organización sistemática del conocimiento, según pautas que, directa o indirectamente, tenían
que ver con los escritos y con los libros.
escolares y educativos fueron lugares privilegiados, casi sagrados, porque guardaban y
administraban los pocos textos que existían, y, en su seno, congregaban a los maestros, sabios
y expertos que se debían mantener cerca de las fuentes de conocimiento. Al mismo tiempo,
siguieron cultivando la práctica de la escritura y de la lectura (y de la interpretación textual)
como el eje de todas sus actividades, a veces con ignorancia manifiesta de otras posibilidades
de producción de conocimiento. Y, como consecuencia de todo ello, las escuelas y los centros
de enseñanza se fueron consolidando como ámbitos orientados a la racionalidad y
organización sistemática del conocimiento, según pautas que, directa o indirectamente, tenían
que ver con los escritos y con los libros.
Esto fue así durante siglos, pero a medida que la tecnología permitió aumentar la capacidad de
multiplicar textos —recuérdese que con la invención de la imprenta el libro recibió en los siglos
XV y XVI un impulso decisivo— el papel de la escuela se iba ensanchando y adquiriendo
paulatinamente una función universalizadora.
La llegada de la Revolución industrial y el afianzamiento de los sistemas sociales modernos
operaron de modo ambiguo. Mantuvieron una escuela tradicional en lo que a curricula y
sistema de lectoescritura se refiere, pero dieron un gran paso en la superación del elitismo —
con frecuencia, religioso y esotérico de la escuela— en la universalización de la escolarización
y en su democratización. De hecho, se requería que en un mundo generalizado de trabajo industrial
—con madres y padres cumpliendo agotadoras jornadas de trabajo en las nuevas
fábricas o centros de trabajo y con una familia cada vez más limitada a la pareja y sus hijos—
los niños dispusieran de un ambiente en el que subsistir dentro de condiciones de seguridad,
control y disciplina. De aquí la tendencia creciente a la extensión de la educación y la
ampliación del papel de la escuela. Las necesarias funciones asistenciales se venían a sumar,
en la práctica, a las educativas y a las instructivas que habían fundado la institución.
Progresivamente, en un movimiento continuo —y continuamente acelerado— que va desde la
invención de la imprenta, la aparición del telégrafo —que dio lugar a la prensa y al
periodismo— la radio, el cine, la televisión y la telemática, hasta Internet —y en el que sistemas
de organización tribales fueron abriendo paso a la consolidación de sistemas capitalistas— las
circunstancias que llevaron a fundar la escuela sufrieron una extraordinaria mutación. Es el momento
en que la tradición escolar empieza a vivir el asedio de un nuevo mundo y a perder la
autonomía relativa que, de un modo u otro, había mantenido durante mucho tiempo.
Las grandes transformaciones
Con la aparición de la sociedad de la información, las fuentes de saber —y de acumulación del
conocimiento— se multiplican, se expanden y se difunden. Los libros ya no escasean sino que
pueden multiplicarse por cientos de miles. Los medios audiovisuales difunden la información a
la velocidad de la luz y la hacen crecer exponencialmente —entre otras cosas, porque en ellos
reside en buena parte la capacidad de potenciar el proceso de globalización en que se ha
empeñado el capital financiero internacional—. Los ordenadores y las bases de datos
acumulan, sin dificultades, más información y poseen una calidad de acceso nunca antes
conocida en la historia. Internet, en el inicio del siglo XXI, está haciendo accesibles a todos,
casi sin limitaciones, saberes y documentos en cualquier lugar del globo. El discurso
consumista, impulsado por la tecnología, potencia la idea de una nueva revalorización del
conocimiento, pero de un conocimiento expandido y global que invade todos los tiempos y
todos los espacios.
conocimiento— se multiplican, se expanden y se difunden. Los libros ya no escasean sino que
pueden multiplicarse por cientos de miles. Los medios audiovisuales difunden la información a
la velocidad de la luz y la hacen crecer exponencialmente —entre otras cosas, porque en ellos
reside en buena parte la capacidad de potenciar el proceso de globalización en que se ha
empeñado el capital financiero internacional—. Los ordenadores y las bases de datos
acumulan, sin dificultades, más información y poseen una calidad de acceso nunca antes
conocida en la historia. Internet, en el inicio del siglo XXI, está haciendo accesibles a todos,
casi sin limitaciones, saberes y documentos en cualquier lugar del globo. El discurso
consumista, impulsado por la tecnología, potencia la idea de una nueva revalorización del
conocimiento, pero de un conocimiento expandido y global que invade todos los tiempos y
todos los espacios.
En este contexto nadie discute que se ha producido una explosión de información y
conocimiento que ha desbordado a los centros educativos. Las escuelas y universidades ya no
son los únicos centros de la racionalidad y del progreso científico o social, ni lo únicos que
controlan la distribución del saber social. Su capital-conocimiento tiene que competir con el
capital-conocimiento generado autónomamente por el sistema industrial, financiero y militar —
que ha desarrollado sus propios centros de investigación y de divulgación— y con el que
producen y mantienen los media. Especialmente, estos últimos se han convertido
progresivamente en el nuevo soporte del conocimiento público.
El título de un divulgado artículo de McLuhan, «El aula sin muros» (véase Carpenter y
McLuhan, 1960), expresa gráficamente esta situación. Y más de cuarenta años después, la
tensión entre el conocimiento generado en la escuela y el generado fuera de ella no ha hecho
más que crecer con beneficio de este último.
Como consecuencia de este proceso, la sustanciación de los principios del orden social, que se
destilaba —confusa y contradictoriamente— como una derivación de los saberes y los valores
inculcados en la institución escolar —en todo caso, en estrecha relación con la familia—
escapa paulatinamente a su acción. La escuela está encontrando competidores poderosísimos.
Son los medios de comunicación —y las relaciones con las nuevas fuentes de saber cada vez
más dispersas—, y no las escuelas ni los centros educativos tradicionales, los que se están
convirtiendo en el ámbito privilegiado de la transmisión del saber actual y en los urdidores de
esa nueva racionalidad social —que bebe, sin duda, de muchas fuentes, pero sobre todo de
una: del nuevo entramado industrial-financiero que impulsa el consumismo.
Los media, su crecimiento continuo y su perenne ocupación del espacio-tiempo social, han
venido a configurar un nuevo clima cognoscitivo y de aprendizaje y, sobre todo, un nuevo
territorio que la escuela no puede ya acotar —y que, a veces, parece limitarse a denunciar—.
Las generaciones jóvenes se han educado e instruido en ese presente extendido —que
denominamos moda y actualidad— de los medios de comunicación. Han aprendido sus valores
a través de ellos, y se han forjado niveles de aspiración y modelos de identificación que tienen
que ver, sobre todo, con los que les ofrecen el mundo del cine, la televisión y el periodismo. La
probabilidad de que estos valores y pautas de comportamiento coincidan con los de la escuela
empieza a ser remota; incluso en algunas ocasiones se presentan evidentes síntomas de una
divergencia profunda.
La capacidad de la escuela de mantener a los niños en un ámbito controlado de educación y
aprendizaje resistente al mundo exterior ha declinado mucho. La figura del internado —una
institución que hacía vivir al estudiante en la misma escuela— como emblema de las
condiciones en que el centro educativo aseguraba y garantizaba de un modo totalizante la
instrucción y el aprendizaje —que tuvo predicamento durante la primera parte del siglo XX— ha
caído en amplio desuso en este cambio de siglo: un síntoma de que, desde la escuela, ya no
es posible garantizar ambientes controlados para el aprendizaje. Son, en cambio, los media los
que progresivamente se encargan de proporcionar la argamasa que requiere el tejido social
contemporáneo. Y lo hacen de manera que, en cierto modo, tiende a la totalización.
En paralelo, las familias también han perdido esa posibilidad, antes real, de controlar los
ambientes de aprendizaje. La televisión y otros medios, no sólo representan puntos de fuga
importantísimos, sino que también, en muchas ocasiones, sirven para poner de relieve que el
discurso de los padres y tutores —muchas veces paternalista— tiene graves fallas y lagunas.
Como explica Martín Barbero (1999, págs. 16-17): «Lo que la televisión está produciendo en el
hogar es desvelar los mecanismos de simulación que sostienen a la autoridad parental. Pues
los padres juegan en la realidad papeles que la televisión desenmascara. Mientras los adultos
se pretenden honestos, cariñosos, sensatos, la televisión muestra cómo se mienten, se roban,
cómo se emborrachan y maltratan. Y, por otra parte, no se puede culpar al niño por lo que ve
—como sí por lo que lee clandestinamente— pues no fue él quien trajo subrepticiamente el
programa erótico o violento a su casa (...). La televisión no sólo desordena los linderos que
enmascaran las mentiras sobre las cuales los adultos inventaban un mundo-para-los-niños,
sino que, a la vez, desordena las secuencias y jerarquías de aprendizaje».
El asedio a la enseñanza tradicional
Acoso, asedio y envolvimiento son palabras que definen la nueva situación de la escuela y la
enseñanza con relación a su entorno. Sus muros, como escribió McLuhan, se están cayendo,
pero el proceso puede ir hoy en día más lejos.
Estamos viviendo una transformación tan seria de la educación que los pilares que sostenían
su autonomía escolar y sobre la cual se fundaba su influencia social parecen derrumbarse a
ojos vista. En cierto sentido —considérese la expresión una metáfora—, la sociedad se está
quedando sin aulas, es decir, sin esos espacios cerrados, controlados y reservados en los que
el saber fluía verticalmente del maestro a los alumnos. Y es así porque aunque, en términos
globales, el número de éstas puede ir aumentando, su peso específico en la sociedad no deja
de disminuir desde hace décadas. Pero es así, además, porque las nuevas redes mediáticas —
desde la televisión escolar hasta Internet— están penetrando en los centros educativos
creando nuevos ambientes de percepción y construcción del conocimiento.
Insistimos, está surgiendo un nuevo escenario que, dominado por los media y las
comunicaciones, se está encargando de generar la mayoría de los aprendizajes socialmente
relevantes. En este contexto, no podemos dejar de reconocer la influencia que está teniendo en
este proceso la extensión de una ideología neoliberal que, en forma de pensamiento único,
pretende llevar incluso al terreno del conocimiento, las ideas y la cultura el imperativo exclusivo
del modelo de mercado libérrimo.
Un esquema de la situación
¿Cuáles son las claves del sistema escolar tradicional que se empiezan a tambalear en la
sociedad de la información? Permítasenos esbozar, aunque sea provisionalmente, un balance
esquemático de la situación.
1. La escuela ya no es la depositaría privilegiada del saber, o, al menos, no lo es del saber
socialmente relevante. Según Martín Barbero (1999, pág. 14): «La sociedad cuenta hoy con
dispositivos de almacenamiento, clasificación, difusión y circulación mucho más versátiles,
disponibles e individualizados que la escuela». Así, ésta es ya una fuente más entre las demás
que compite —a veces contradictoriamente— con otras de enorme poder: la radio, la televisión,
el kiosco de prensa, etc. El traslado continuo de las tradicionales bibliotecas y museos reales a
los ámbitos virtuales que proporciona el ciberespacio es una buena metáfora de este cambio
que señalamos. De modo que lo que resulta afectado es la valoración social que recibe una
institución cuya función manifiesta principal es la de transmitir conocimientos.
2. Las escuelas tampoco son los ámbitos privilegiados de transmisión de la educación. Si la
educación tiene que ver con las actitudes, normas y valores, es bien cierto que los medios de
comunicación, las ciudades, las modas y el grupo de iguales se convierten en los más
poderosos sistemas educativos del momento. En muchas ocasiones, los diferentes actores del
proceso educativo —sobre todo en condiciones de crisis económica o depauperación social—
sienten cómo escapa de sus manos la posibilidad de influir en la educación de los estudiantes.
educación tiene que ver con las actitudes, normas y valores, es bien cierto que los medios de
comunicación, las ciudades, las modas y el grupo de iguales se convierten en los más
poderosos sistemas educativos del momento. En muchas ocasiones, los diferentes actores del
proceso educativo —sobre todo en condiciones de crisis económica o depauperación social—
sienten cómo escapa de sus manos la posibilidad de influir en la educación de los estudiantes.
3. La escuela es, tal vez, la institución más eficaz para la enseñanza de la lectoescritura —
como lo fue antaño—, pero está quedándose atrás hoy en día en la promoción de la nueva
alfabetización de la sociedad de la información: la del lenguaje audiovisual y de la informática.
Los niños empiezan a asimilar las claves del lenguaje audiovisual y de la informática lejos de la
tutela de la escuela. Lo hacen de modo práctico e intuitivo, aprovechando su capacidad de
exploración y de ensayo, aumentando sus capacidades de un modo informal autónomo.
como lo fue antaño—, pero está quedándose atrás hoy en día en la promoción de la nueva
alfabetización de la sociedad de la información: la del lenguaje audiovisual y de la informática.
Los niños empiezan a asimilar las claves del lenguaje audiovisual y de la informática lejos de la
tutela de la escuela. Lo hacen de modo práctico e intuitivo, aprovechando su capacidad de
exploración y de ensayo, aumentando sus capacidades de un modo informal autónomo.
4. En este contexto, los profesores ya no son considerados los maestros que atesoraban todas
las habilidades y sabidurías. La reverencia, devoción y seguimiento, que era una característica
de la relación entre profesores y alumnos, se está poniendo en cuestión; y no sólo como
consecuencia de un cierto relajamiento en el trato y en las formas, sino, sobre todo, en razón
del diverso sistema de distribución del saber que se va configurando en nuestros tiempos. Los
estudiantes disponen de muchas fuentes con las que contrastar y, a veces, poner en crisis el
saber de sus profesores.
las habilidades y sabidurías. La reverencia, devoción y seguimiento, que era una característica
de la relación entre profesores y alumnos, se está poniendo en cuestión; y no sólo como
consecuencia de un cierto relajamiento en el trato y en las formas, sino, sobre todo, en razón
del diverso sistema de distribución del saber que se va configurando en nuestros tiempos. Los
estudiantes disponen de muchas fuentes con las que contrastar y, a veces, poner en crisis el
saber de sus profesores.
5. Las escuelas ya no disponen, como antaño, de los únicos instrumentos para la producción y
sistematización del saber —o los han perdido en términos relativos—. Sus bibliotecas se han
quedado cortas y a veces ridículas comparadas con la suma de las bibliotecas de las que
disponen los propios estudiantes en sus hogares o la que representa la World Wide Web. Su
tecnología se ha quedado obsoleta si se la compara con aquella a la que acceden algunos de
sus alumnos: televisión —a veces por cable y vía satélite— ordenadores, vídeos, cámaras fotográficas,
juegos educativos, Internet, etc. Pero, sobre todo, la escuela no facilita el ambiente de
libertad —en algunos casos en lo físico y temporal— que requiere la exploración del saber
disperso en nuestros días, y, cada vez más, los estudiantes se ven forzados a explorar este
saber autónomamente.
sistematización del saber —o los han perdido en términos relativos—. Sus bibliotecas se han
quedado cortas y a veces ridículas comparadas con la suma de las bibliotecas de las que
disponen los propios estudiantes en sus hogares o la que representa la World Wide Web. Su
tecnología se ha quedado obsoleta si se la compara con aquella a la que acceden algunos de
sus alumnos: televisión —a veces por cable y vía satélite— ordenadores, vídeos, cámaras fotográficas,
juegos educativos, Internet, etc. Pero, sobre todo, la escuela no facilita el ambiente de
libertad —en algunos casos en lo físico y temporal— que requiere la exploración del saber
disperso en nuestros días, y, cada vez más, los estudiantes se ven forzados a explorar este
saber autónomamente.
6. La escuela ya no es la fuente de la racionalidad que funda o explica
el orden social. La organización del mundo, los valores escolares no sólo pueden ser diferentes
a los que rigen en el entorno —compárese, por ejemplo, la educación de valores en la escuela
y el consumismo y la competitividad vigente en el escenario social—, sino que, desde la
escuela, a veces ya no es posible intentar explicar con coherencia el orden social: ha perdido la
noción sobre el mismo sentido de los cambios. Muestra de ello es la desorientación y confusión
con que se viven los cambios curriculares. Muchas veces, la inercia de la propia institución y de
los cuerpos profesionales que ampara es la que se sobrepone a las exigencias del entorno o a
las demandas —más o menos formalizadas, según los casos— de los estudiantes.
el orden social. La organización del mundo, los valores escolares no sólo pueden ser diferentes
a los que rigen en el entorno —compárese, por ejemplo, la educación de valores en la escuela
y el consumismo y la competitividad vigente en el escenario social—, sino que, desde la
escuela, a veces ya no es posible intentar explicar con coherencia el orden social: ha perdido la
noción sobre el mismo sentido de los cambios. Muestra de ello es la desorientación y confusión
con que se viven los cambios curriculares. Muchas veces, la inercia de la propia institución y de
los cuerpos profesionales que ampara es la que se sobrepone a las exigencias del entorno o a
las demandas —más o menos formalizadas, según los casos— de los estudiantes.
7. La escuela se ha tornado, además, un elemento poco práctico. Conecta difícilmente con la
acción social. Situada entre el mantenimiento de un currículo tradicional y las dudas sobre la
aceptación de uno nuevo adecuado a las exigencias de la nueva sociedad, encuentra serios
problemas para convertir sus enseñanzas en algo utilizable prácticamente por los estudiantes
fuera de las aulas. En un doble sentido, siente que pierde cada vez más influencia en el
entorno social porque sus valores y sus enseñanzas no encuentran eco ni respaldo externo;
pero también porque, por otro lado, el creciente desempleo que afecta a los jóvenes en casi
todas las partes del mundo favorece cada vez más al distanciamiento entre educación y
trabajo, entre teoría y práctica.
acción social. Situada entre el mantenimiento de un currículo tradicional y las dudas sobre la
aceptación de uno nuevo adecuado a las exigencias de la nueva sociedad, encuentra serios
problemas para convertir sus enseñanzas en algo utilizable prácticamente por los estudiantes
fuera de las aulas. En un doble sentido, siente que pierde cada vez más influencia en el
entorno social porque sus valores y sus enseñanzas no encuentran eco ni respaldo externo;
pero también porque, por otro lado, el creciente desempleo que afecta a los jóvenes en casi
todas las partes del mundo favorece cada vez más al distanciamiento entre educación y
trabajo, entre teoría y práctica.
8. La escuela está perdiendo a marchas forzadas el poder que le había conferido el sistema
social tradicional. La pérdida de poder práctico y de legitimación de la escuela es producto,
finalmente, del valor escaso que le atribuyen los poderes sociales.
social tradicional. La pérdida de poder práctico y de legitimación de la escuela es producto,
finalmente, del valor escaso que le atribuyen los poderes sociales.
En resumen, nos encontramos con una escuela descentrada de sus funciones tradicionales
que difícilmente encuentra su lugar en el mundo moderno del saber.
Logan (1995, págs. 7-8) ha sintetizado las razones por las que la escuela parece estar fuera del
contexto de los cambios sociales que la rodean y, en definitiva, parece no funcionar:
que difícilmente encuentra su lugar en el mundo moderno del saber.
Logan (1995, págs. 7-8) ha sintetizado las razones por las que la escuela parece estar fuera del
contexto de los cambios sociales que la rodean y, en definitiva, parece no funcionar:
a) «Millones de escolares aprenden el mismo contenido en el mismo orden lineal guiados por
un currículo uniforme dictado por una burocracia centralizada (...) de educación».
b) «Los profesores continúan usando el viejo estilo de aprendizaje libresco que no toma en
cuenta la naturaleza de la economía en la era de la información, ni siquiera las necesidades de
la vida cotidiana.»
c) «Los estudiantes no encuentran elementos suficientemente relevantes en su escolarización,
lo que explica su porcentaje de fracaso.»
Hay, pues, un desfase entre lo que demanda el entorno social y lo que los centros educativos
están en condiciones de ofrecer. Lo cual está haciendo avanzar una conciencia generalizada
de crisis.
un currículo uniforme dictado por una burocracia centralizada (...) de educación».
b) «Los profesores continúan usando el viejo estilo de aprendizaje libresco que no toma en
cuenta la naturaleza de la economía en la era de la información, ni siquiera las necesidades de
la vida cotidiana.»
c) «Los estudiantes no encuentran elementos suficientemente relevantes en su escolarización,
lo que explica su porcentaje de fracaso.»
Hay, pues, un desfase entre lo que demanda el entorno social y lo que los centros educativos
están en condiciones de ofrecer. Lo cual está haciendo avanzar una conciencia generalizada
de crisis.
Las claves de una crisis
Tanto cambio, acumulado en poco tiempo, ha conducido a una crisis múltiple que la escuela y
la enseñanza está viviendo intensamente en este principio de siglo. Resumamos los hitos de
esta crisis.
Hay crisis en los curricula escolares. La producción de saber es tan intensa y circula tan
rápidamente por todos los medios, especialmente los electrónicos, que no se sabe cuál es el
modo más práctico y seguro de fijar los ítem, que compondrán la práctica docente. La
adaptación a los cambios parece a veces oportunismo o diletantismo; y el conservadurismo,
pura nostalgia. De hecho, la incertidumbre, la dubitación y la inseguridad componen el núcleo
central de un problema de difícil consenso. Hay crisis en el rol del profesorado. De tradicionales
instructores del saber, en medio de un mundo que genera nuevos saberes fuera de las aulas,
los profesores y las profesoras ven cómo van perdiendo la función con la que se formaron y
empiezan a verse sometidos a nuevas exigencias y requerimientos que, muchas veces, no
comprenden o no desean asumir.
Hay crisis también en el lenguaje que funda la escuela: «Se niega a aceptar el descentramiento
cultural que atraviesa el que ha sido hasta ahora su eje intelectual y pedagógico: el libro»
(Martín Barbero, 1999, pág. 14). Su escriturocentrismo tradicional resiste con poca convicción
la preponderancia de los nuevos lenguajes del audiovisual y la informática. El privilegio que en
los centros educativos se concede a la gramática frente a la semiología general, al libro frente a
los medios audiovisuales y a la escritura textual frente a la producción multimedia refleja buena
parte del conflicto y tiende a alejar la enseñanza de una sociedad que ha potenciado
enormemente el lenguaje audiovisual.
Crisis, además, de recursos técnicos. Comparadas con el entorno inmediato, las escuelas se
han quedado —incluso en el mundo industrial más avanzado— desfasadas en su tecnología.
Mientras la dotación técnica de los hogares de los países avanzados ha ido creciendo, la de las
escuelas se ha congelado o ha ido decreciendo en proporción. En consecuencia, alejamiento
del espíritu de la época, y pérdida latente de credibilidad y de solvencia ante los alumnos y
estudiantes.
Crisis de modelo de valores y de sistema de socialidad. Una escuela como la que ha llegado a
finales de siglo, fundada en la pura tradición de la escuela burguesa de principios de siglo, es
decir, centralizada, generalmente nacionalista, asistencial y fabril, en el sentido que más
adelante describiremos, se encuentra abocada a sobrevivir en una sociedad postindustrial,
globalizada, multicultural y en la que la racionalidad del empleo está perdiendo peso.
Finalmente, crisis de gestión, que no es la menos importante. Se están quedando obsoletos los
modelos de organización y gobierno basados en el control estricto del aprendizaje y en su
dirección lineal, en la comunicación jerárquica, en la evaluación ajustada a criterios de
repetición, y, en general, en la burocratización, ocupada más de la reproducción de lo existente
que en la adaptación a los cambios, en la innovación o creación.
Las actitudes ante los cambios
De muchos de los procesos señalados aquí se nos escapan no sólo las posibles
consecuencias, sino también su valoración. De hecho, se pueden dar, y se dan, valoraciones
contradictorias.
Por un lado, podemos pensar (reformismo optimista) que la pérdida de privilegios del sistema
educativo, la aparición de nuevas fuentes accesibles de conocimiento y hasta la presencia de
nuevas fuentes éticas —en principio y, al menos en apariencia, menos controladas y rígidas
que las anteriores— constituyen elementos que trabajan por una democratización de la
sociedad y a favor del acceso a un mayor grado de libertad de expresión y de acción. De aquí,
por ejemplo, la idea, que sustenta muchas reformas educativas, de que una democratización y
modernización de la escuela no sólo es condición indispensable de una democratización de la
sociedad, sino que es también un instrumento para alcanzar esa meta.
Pero las explicaciones y las hipótesis pueden ser más complejas. Algunos reconocen
(reformismo pesimista) el progreso que representa la modernización de las escuelas y su
democratización, pero, a la vista del rumbo general del sistema, consideran que estos procesos
operan, apenas, como espejismos y coartadas de un sistema que camina progresivamente
hacia la concentración del poder y no hacia un avance democrático.
Por otro lado, todos estos cambios se pueden vivir [tradicionalismo pesimista) como una
pérdida irreparable y como un salto al vacío. Hay quienes ven que la competencia de fuentes
del saber, la pérdida de regulación y de control de los procesos por parte de profesores y
tutores, y la omnipresencia del mercado —tanto en la cultura como en la tecnología— acaba
por desbaratar el frágil tejido de humanidad que sostenía los sistemas tradicionales de
educación, lo cual conducirá a un fracaso social y cultural considerable. En un sentido parecido,
el progreso tecnológico parecer verse —por parte de algunos— no como la aparición de
nuevas oportunidades, sino como una vuelta de tuerca más hacia la dependencia de unos
pocos poderes universales que gobiernan en la tecnología y la tienden a imponer de un modo
poco democrático.
pérdida irreparable y como un salto al vacío. Hay quienes ven que la competencia de fuentes
del saber, la pérdida de regulación y de control de los procesos por parte de profesores y
tutores, y la omnipresencia del mercado —tanto en la cultura como en la tecnología— acaba
por desbaratar el frágil tejido de humanidad que sostenía los sistemas tradicionales de
educación, lo cual conducirá a un fracaso social y cultural considerable. En un sentido parecido,
el progreso tecnológico parecer verse —por parte de algunos— no como la aparición de
nuevas oportunidades, sino como una vuelta de tuerca más hacia la dependencia de unos
pocos poderes universales que gobiernan en la tecnología y la tienden a imponer de un modo
poco democrático.
Otros (antirreformistas apocalípticos) consideran que todos estos cambios operan en el sentido
de una invasión programada del sistema capitalista por ocupar y regir el espacio —más o
menos público, más o menos humanista— de la educación.
En conjunto, lo que esta diversidad de juicios y actitudes está poniendo de relieve es que la
mayoría de las opciones parecen aún posibles y que el sistema todavía tiene muchos
desarrollos abiertos cuya resolución no se halla todavía decidida.
de una invasión programada del sistema capitalista por ocupar y regir el espacio —más o
menos público, más o menos humanista— de la educación.
En conjunto, lo que esta diversidad de juicios y actitudes está poniendo de relieve es que la
mayoría de las opciones parecen aún posibles y que el sistema todavía tiene muchos
desarrollos abiertos cuya resolución no se halla todavía decidida.
Apuesta por la renovación
Muchas de estas crisis, no por presentidas o sentidas, a veces angustiosamente, dejan de ser
auténticamente novedosas. Los últimos cinco años del siglo XX consiguieron plantear las
cuestiones de un modo cualitativamente distinto. El documento de la UNESCO titulado La
educación encierra un tesoro (1996) simboliza una toma de conciencia (¿generalizada?) sobre
la necesidad de reorientar la educación en la sociedad. En general, casi todos los países
avanzados —y algunos en vías de desarrollo— intentan reformar sus sistemas educativos en
nuevas direcciones más acordes con nuestros tiempos —expresión de ello es la política
educativa de la Unión Europea o la Agenda 2000 de EE.UU. para el cambio en las escuelas—.
Hoy día, los retos de la educación se presentan casi universalmente, aunque con distintas
matizaciones económicas, geográficas y culturales, a saber:
1. La apertura sistemática de las escuelas a nuevas fuentes de saber. Si la producción del
saber no es privilegio de las escuelas, éstas se deben abrir hoy en día a nuevas fuentes de
conocimiento. Sean éstas convergentes o divergentes con el espíritu y los valores de la
educación, porque la educación debe ser en todo momento crítica y no seguir estrategias de
censura y, además, porque, en cualquier caso, los estudiantes están confrontados a ellas y
necesitan o bien aprovecharlas en su valor o bien discutirlas con conciencia crítica y lucidez.
2. La conversión de las escuelas en espacios de exploración, de descubrimiento y de
invención. El desarrollo de la robótica y de la informática está condenando los procesos
repetitivos en el mundo del trabajo y potenciando, por el contrario, los creativos e imaginativos.
Es a éstos a los que se debe dedicar una escuela que apueste por el futuro. Y esto sin
referirnos a las ventajas pedagógicas que un cambio de este estilo plantea. No se trata ya de
asumir las escuelas como puros centros de transmisión vertical del saber, sino de convertirlas
en productoras activas de conocimiento y en escenarios de descubrimiento. Sólo así se podrá
responder efectivamente al entorno cambiante y al crecimiento de la cantidad de información
que circula socialmente.
invención. El desarrollo de la robótica y de la informática está condenando los procesos
repetitivos en el mundo del trabajo y potenciando, por el contrario, los creativos e imaginativos.
Es a éstos a los que se debe dedicar una escuela que apueste por el futuro. Y esto sin
referirnos a las ventajas pedagógicas que un cambio de este estilo plantea. No se trata ya de
asumir las escuelas como puros centros de transmisión vertical del saber, sino de convertirlas
en productoras activas de conocimiento y en escenarios de descubrimiento. Sólo así se podrá
responder efectivamente al entorno cambiante y al crecimiento de la cantidad de información
que circula socialmente.
3. La participación de la comunidad entera en la educación. Las funciones y el alcance de la
educación son tan amplios que los centros educativos no pueden ser ya su única garantía; es
necesaria la participación de muchos otros agentes. La educación es un compromiso social
general que no sólo afecta ya a los educadores y a las instituciones educativas. La educación
se ha convertido en una dimensión de la convivencia y de la socialidad y todos están obligados
a participar. Se habla con insistencia y con razón de ciudades educadoras, de comunidades
educativas, de climas y ambientes propicios a la educación. Nunca, como hoy, éstos han sido
tan necesarios.
educación son tan amplios que los centros educativos no pueden ser ya su única garantía; es
necesaria la participación de muchos otros agentes. La educación es un compromiso social
general que no sólo afecta ya a los educadores y a las instituciones educativas. La educación
se ha convertido en una dimensión de la convivencia y de la socialidad y todos están obligados
a participar. Se habla con insistencia y con razón de ciudades educadoras, de comunidades
educativas, de climas y ambientes propicios a la educación. Nunca, como hoy, éstos han sido
tan necesarios.
4. La aceptación de la necesidad de potenciar el tipo de alfabetización propio de la sociedad
de la información. Sin negar la importancia vital de la alfabetización y de la lectoescritura, hay
que reconocer que ésta no basta ya para capacitar a los jóvenes a la hora de participar en el
mundo laboral y social. Es necesario introducir el uso de los lenguajes audiovisuales, de la
informática, de los ordenadores y de los nuevos medios. Una escuela consciente, y que
responda a las exigencias de nuestro tiempo, no puede renunciar a esta tarea.
de la información. Sin negar la importancia vital de la alfabetización y de la lectoescritura, hay
que reconocer que ésta no basta ya para capacitar a los jóvenes a la hora de participar en el
mundo laboral y social. Es necesario introducir el uso de los lenguajes audiovisuales, de la
informática, de los ordenadores y de los nuevos medios. Una escuela consciente, y que
responda a las exigencias de nuestro tiempo, no puede renunciar a esta tarea.
5. La creación de nuevas comunidades educativas a partir de las escuelas actuales. El
ciberespacio, las telecomunicaciones, Internet, etc., están procurando la aparición de nuevas
comunidades virtuales. La escuela debe contribuir a la consolidación de nuevas comunidades
educativas que, trascendiendo espacios y limitaciones, potencie nuevos valores de convivencia
y nuevos ámbitos de producción y discusión del saber. Esto obligará a replantear los pilares en
que tradicional-mente se han fundado los curricula y a ensayar una suerte de educación
multicultural e internacional.
ciberespacio, las telecomunicaciones, Internet, etc., están procurando la aparición de nuevas
comunidades virtuales. La escuela debe contribuir a la consolidación de nuevas comunidades
educativas que, trascendiendo espacios y limitaciones, potencie nuevos valores de convivencia
y nuevos ámbitos de producción y discusión del saber. Esto obligará a replantear los pilares en
que tradicional-mente se han fundado los curricula y a ensayar una suerte de educación
multicultural e internacional.
6. La superación del modelo fabril. Las proporciones actuales de profesorado-estudiantes, aún
muy descompensadas en muchos países, el sistema de aularios —la tendencia a pensar la
educación como contenible siempre en los espacios definidos como aulas—, la organización
misma de los horarios en la escuela actual y la clasificación de los estudiantes en series
lineales basadas en la edad proceden más de obsesiones de tipo industrial que del respeto al
proceso de aprendizaje o de comunicación educativa. Forman parte de un modelo de escuela
asistencial, propia del siglo XIX, que del que correspondería auténticamente a la sociedad
actual. Por esta razón, sin su superación será difícil adaptarse a las nuevas exigencias.
muy descompensadas en muchos países, el sistema de aularios —la tendencia a pensar la
educación como contenible siempre en los espacios definidos como aulas—, la organización
misma de los horarios en la escuela actual y la clasificación de los estudiantes en series
lineales basadas en la edad proceden más de obsesiones de tipo industrial que del respeto al
proceso de aprendizaje o de comunicación educativa. Forman parte de un modelo de escuela
asistencial, propia del siglo XIX, que del que correspondería auténticamente a la sociedad
actual. Por esta razón, sin su superación será difícil adaptarse a las nuevas exigencias.
7. La renovación tecnológica de la escuela. Es muy grave condenar a las escuelas a ser
guetos tecnológicos anticuados en relación con su entorno. Es grave e improductivo. En una
sociedad en que el capital humano es, sin duda, el motor decisivo de la economía, una escuela
atrasada es la garantía del establecimiento de sociedades dependientes, sin autonomía. Cuidar
la dotación tecnológica de las escuelas tiene que pasar a ser una prioridad en cualquier
renovación educativa.
guetos tecnológicos anticuados en relación con su entorno. Es grave e improductivo. En una
sociedad en que el capital humano es, sin duda, el motor decisivo de la economía, una escuela
atrasada es la garantía del establecimiento de sociedades dependientes, sin autonomía. Cuidar
la dotación tecnológica de las escuelas tiene que pasar a ser una prioridad en cualquier
renovación educativa.
8. La redefinición del rol del profesorado. De ser los dispensadores del saber, deben encarar
un nuevo papel: entrenadores y tutores en los procesos de autoaprendizaje de los alumnos,
incitadores y promotores de los nuevos grupos y comunidades educativas que se generen,
creadores de nuevos entornos educativos y de instrumentos pedagógicos, mediadores de
conflictos, y educadores.
un nuevo papel: entrenadores y tutores en los procesos de autoaprendizaje de los alumnos,
incitadores y promotores de los nuevos grupos y comunidades educativas que se generen,
creadores de nuevos entornos educativos y de instrumentos pedagógicos, mediadores de
conflictos, y educadores.
9. La redefinición del rol del Estado en la educación. Éste tendrá que abandonar su papel
paternalista y censor. Deberá ceder autonomía curricular, de gestión y de organización a las
escuelas y a su entorno, pero deberá, también, al mismo tiempo, dedicar sus mejores
esfuerzos a la mejora constante de la inversión en educación y de lucha contra la segregación.
paternalista y censor. Deberá ceder autonomía curricular, de gestión y de organización a las
escuelas y a su entorno, pero deberá, también, al mismo tiempo, dedicar sus mejores
esfuerzos a la mejora constante de la inversión en educación y de lucha contra la segregación.
10. La aceptación del principio de la educación a lo largo de la vida. Si se acepta que el período
educativo no acaba nunca, que la inserción profesional y hasta el estatuto de ciudadanía necesitan
un esfuerzo de aprendizaje continuo, la mitificación de los títulos, el aumento de la tensión
sobre las escuelas, los profesores y los estudiantes, y la competitividad innecesaria dentro del
sistema se debilitarán. Nacerá un sistema educativo flexible, con múltiples alternativas y
ajustado a las necesidades del usuario. Un sistema con diversos itinerarios y tiempos, más
flexible y más centrado en las demandas del usuario que en las exigencias de la institución. 11.
La implicación de las escuelas en el mundo práctico. En sentido amplio, un centro educativo
debe procurar ser directamente útil a la comunidad a la que sirve, a los estudiantes, a los
padres y madres, etc. Esto obligará a plantearse la participación de las escuelas en la vida de
su entorno, a procurar una relación más directa con el mundo económico y a que, en definitiva,
los problemas del entorno sean los de la escuela y ésta decida participar en su resolución.
educativo no acaba nunca, que la inserción profesional y hasta el estatuto de ciudadanía necesitan
un esfuerzo de aprendizaje continuo, la mitificación de los títulos, el aumento de la tensión
sobre las escuelas, los profesores y los estudiantes, y la competitividad innecesaria dentro del
sistema se debilitarán. Nacerá un sistema educativo flexible, con múltiples alternativas y
ajustado a las necesidades del usuario. Un sistema con diversos itinerarios y tiempos, más
flexible y más centrado en las demandas del usuario que en las exigencias de la institución. 11.
La implicación de las escuelas en el mundo práctico. En sentido amplio, un centro educativo
debe procurar ser directamente útil a la comunidad a la que sirve, a los estudiantes, a los
padres y madres, etc. Esto obligará a plantearse la participación de las escuelas en la vida de
su entorno, a procurar una relación más directa con el mundo económico y a que, en definitiva,
los problemas del entorno sean los de la escuela y ésta decida participar en su resolución.
El horizonte de la educación global
El conjunto de apuestas por la renovación, señaladas en el apartado anterior, configuran la
agenda de trabajo para los próximos años. La enseñanza y la educación se tienen que
transformar en una doble dimensión: intelectual y práctica. En la primera, le corresponde una
renovación de los principios que la inspiran, de su filosofía y de los lenguajes con los que
trabaja. En la segunda, se debe implicar en una transformación profunda de infraestructuras,
instrumentos, reglas y normas.
Se puede decir que ambas tareas se resumen en un cambio profundo de su ecosistema
comunicativo. Hasta hace poco las escuelas se pensaban como un universo cerrado en sí
mismo que había de propiciar la comunicación entre profesores y estudiantes. Y esto con
saberes y lenguajes que estaban fijados ya de antemano. El nuevo siglo requiere un enfoque
radicalmente diferente. Las escuelas —y los grupos que se configuren dentro de ellas— tienen
que establecer sistemas de comunicación con su entorno y procesar la información del
contexto de un modo útil a sus fines y, al mismo tiempo, proyectar sus mensajes hacia fuera.
Esto requerirá, por descontado, un esfuerzo organizativo que tendrá que transformar las
categorías y conceptos propios de los sistemas cerrados sobre sí mismos —tiempos y espacios
limitados, estructuras rígidas, uniformidad etc.— hacia categorías más flexibles y dúctiles, más
personalizadas y capaces de reaccionar ante los cambios del ambiente. De hecho, esto
significará un ensanchamiento del espacio educativo.
Es posible que en los sistemas educativos de mayor éxito, se avance hacia la integración de
las tareas de enseñanza y educación (y, probablemente, culturales) dispersas por el conjunto
de la sociedad en proyectos de educación integrados. Una nueva filosofía educativa, un nuevo
estilo, de hecho, una nueva inteligencia del sistema se puede derivar del aprovechamiento de
los nuevos instrumentos mediáticos e informáticos. La educación en red —vía Internet, televisión,
etc.—, la generación de nuevas comunidades de aprendizaje —dispersas en el
espacio—, la creación de enormes bases de materiales didácticos disponibles en cualquier
tiempo y lugar, la integración de comunidades docentes —claustros virtuales— y la superación
de barreras que impedían la colaboración son, de hecho, vías de avance hacia un proyecto de
educación más integral.
Como siempre, no basta que esta eventualidad sea técnicamente posible; tiene que ser,
además, social y políticamente factible. Y éste es el gran problema. ¿Cómo hacer compatible
un sistema de transformación educativa de la sociedad dentro de un sistema económico
dominado por el productivismo y el mercantilismo a escala global? ¿Cómo avanzar hacia la
integración de recursos —en este caso, educativos— en un mundo que en los últimos años
parece haber avanzado hacia la dualización social, marginando del desarrollo a buena parte de
la humanidad? ¿Cómo conseguir distribuir socialmente educación y, por tanto, capital
intelectual, en momentos en que este capital es quizá, el decisivo en la competitividad
económica?
No son, realmente, problemas nuevos. Pero se plantean con una rotundidad mayor que en
otras épocas. Probablemente porque la capacidad transformadora de la educación —aunque
sólo sea por la potencialidad de difusión de los nuevos medios— es hoy mayor que nunca.
Estamos, pues, ante retos específicos de la sociedad de la información que se conectan con
los desafíos de la humanidad de siempre. Sólo que en la primera parte del siglo XXI, el tema de
la educación será la gran cuestión, la que nos puede conducir a un mundo apacible en el que el
progreso científico y tecnológico rinda sus frutos a la humanidad o —si nos falta la lucidez
necesaria— a una nueva selva en la que a la maraña de dificultades de siempre añadamos las
propias de un ecosistema artificial más complejo y temible. La cuestión se halla realmente
abierta.
lunes, 14 de junio de 2010
LOS DONES DE LOS MAESTROS
Quiero compartir con ustedes este vídeo en el que se muestran los dones por los cuales están formados los maestros, cabe resaltar que esos mimos dono es los debemos tener los maestros en formación y que los debemos saber aplicar a la hora de nuestro ejercer docente.
Estos dones están inspirados por Dios como no lo dice la autora en una gota cristalina que al caer un rayo de sol la descompuso en colores; tengamos presentes estos dones pues sin ellos es imposible ser un buen maestro.
Autora del video: Lucy Torres
Estos dones están inspirados por Dios como no lo dice la autora en una gota cristalina que al caer un rayo de sol la descompuso en colores; tengamos presentes estos dones pues sin ellos es imposible ser un buen maestro.
Autora del video: Lucy Torres
EL PROFESOR ES UN ACTOR
A la hora fIjada, el profesor entra en escena. Puede demorarse unos minutos si el miedo que le atenaza es demasiado fuerte. El público le asusta. No es nada fácil contentarle. Para este auditorio no sirve cualquier actuación y, además, la que el actor considere adecuada será, justamente, la que menos éxito tenga, la que peor acogida tendrá entre su público. La clase es el escenario en el cual ha de representar el papel que se le ha encomendado (<<¿Por qué me metí yo en esto?»)
. y la escuela, su teatro. No se ha disfrazado, salvo por la bata banca los que la llevan. No se ha maquillado para su papel o, al menos, no suele hacerla, a diferencia de muchas alumnas. No ha practicado ejercicios de voz; no suele tener tiempo para esas cosas. No recibe las últimas instrucciones del director de escena, lo cual, en su caso, es una buena señal después de todo. No es anunciado; bueno, a veces sí: por los propios alumnos encargados de avisar de su llegada, como los vendedores del top manta se avisan unos a otros de que llega la poli (yo he llegado a escuchar a ciertos chicos la expresión «Agua, agua!» para este cometido, haciendo suya, de manera más o menos irónica, la jerga de la delincuencia). No se levanta el telón antes de su aparición, sólo se borran de la pizarra los grafitis y las barbaridades que hay en ella si consigue llegar hasta ahí y si queda pizarra que borrar. Tiene un guión escrito para su actuación e, incluso, varias alternativas por ,si acaso, pero el público puede modificarlo (y lo más probable es que así sea) y plantear situaciones para las que no valen las alternativas previstas porque no se trata de un grupo de meros espectadores. En realidad el público es el protagonista de la función y la interpretación del actor tendrá que variar según sus reacciones. Incluso la duración de la representación depende del auditorio.
Impartir una clase de secundaria o bachillerato puede llegar a tener mucho de monólogos del Club de la Comedia -o más bien a muchos cómicos les vendría estupendamente utilizar los. métodos a los que muchos profesores tienen que recurrir-, con altas dosis de improvisación y toda una serie de recursos para captar la atención de la clientela. Menos el strip-tease tipo Full Monty (que y0 sepa), hay profesores que han intentado casi de todo con ese fin. Incluso alguno ha tratado de captar su atención a base de renunciar a captar su atención. También este truco desesperado suele tener poco éxito.
El profesor es·un actor, además, porque tiene que ocultar en lo posible sus propios avatares personales cuando está en el aula si quiere conservar algo de cordura. Su papel consiste en dar el protagonismo al alumno, que es el· que aprende gracias y a pesar del profesor y por sí mismo No importa lo que opine o sienta. El alumno aprende a través de él, igual que el buen actor deja de ser quien es para ser otro, para que el espectador vea ese otro a través de él, por mediación suya.
Por eso el profesor puede recurrir, a veces, a llevar deliberadamente la contraria al alumno como método pedagógico, independientemente de que esté de acuerdo o no, de que le guste o deteste. l0 que el alumno afirma y, por tanto, lo que él mismo tendrá que afirmar, porque lo que opine o sienta personalmente· es irrelevante aquí. Pero es que de ese modo el alumno se enfrenta a la duda, a los argumentos del contrario. De este modo se ve impelido a replantearse sus propios juicios.
Otras veces el profesor tiene que ocultar tras la máscara de su personaje sus sentimientos más íntimo~: la tristeza, la frustración, el temor, la ira, la risa. Así, se ve obligado a simular enfado por una conducta reprobable cuando lo que en realidad siente es indiferencia o incluso hilaridad si la situación es lo suficientemente grotesca o disparatada: yo he asistido a situaciones tan locas que mientras aplicaba el sermón correspondiente con el gesto más severo del que era capaz, contenía a duras penas el ataque de risa. Recuerdo, sin ir más lejos, un suceso reciente: un alumno, al parecer con el fin de pasar desapercibido ante las preguntas y observaciones del profesor y demostrando un futuro de lo más esperanzador en el noble arte del contorsionismo, introdujo su cabeza en la cajonera de su mesa sin levantarse del asiento de su silla y allí quedó atrapada. Al ponerse en pie para intentar sacar la cabeza, la mesa se levantó con él, y sólo tras varios movimientos de cuello pudo liberarse. y. todo ello en medio de una clase que, obviamente, quedó interrumpida y que costó un mundo retomar.
El profesor debería ser percibido por el alumno como una especie de transparencia, pero una transparencia necesaria, que no ha de pasar desapercibida, que ha de evitar el riesgo de ser completamente invisible, como a lente del microscopio o del telescopio, a través de la cual vemos mucho mejor. Es como un vacío que se ·limita a encauzar las capacidades del alumno; alguien cuya importancia estriba en no ser lo más importante, cuya relevancia depende de lo que hace posible y potencia en el otro-el que aprende-, no de loque es. Por eso simplemente desempeña un papel, y cuanto menos sea el mismo, mejor lo desempeñará. Se trata de que el alumno lo vea más como un instrumento, como un útil para su aprendizaje, con un punto de ese egoísmo saludable del niño deseoso de descubrir cosas para sí, más que como un individuo con convicciones, problemas personales y un sueldo más bien escaso, lo cual no hace sino entorpecer el proceso.
De hecho es frecuente que este actor sin fama se vea obligado a cambiar de registro varias veces en cada jornada, ya que las necesidades del centro exigen que imparta, por ejemplo, clase de geografia a niños de doce años inmediatamente después de haber dado una clase de filosofia a chicos de dieciocho y antes de tener una reunión con padres de alumnos o con compañeros de seminario. Su forma de hablar tendrá que adaptarse a cada caso, los ejemplos que utilice, el modo de intentar mantener la atención y el ambiente de estudio en el aula. y todo eso con muy poco tiempo para los ensayos, cuatro o cinco veces al día y cón el público reclamando la caída del telón (pidiendo la hora, como se dice en argot futbolístico).
¿Se les ocurre alguien con más acreditados merecimientos para recibir un premio Gaya?
. y la escuela, su teatro. No se ha disfrazado, salvo por la bata banca los que la llevan. No se ha maquillado para su papel o, al menos, no suele hacerla, a diferencia de muchas alumnas. No ha practicado ejercicios de voz; no suele tener tiempo para esas cosas. No recibe las últimas instrucciones del director de escena, lo cual, en su caso, es una buena señal después de todo. No es anunciado; bueno, a veces sí: por los propios alumnos encargados de avisar de su llegada, como los vendedores del top manta se avisan unos a otros de que llega la poli (yo he llegado a escuchar a ciertos chicos la expresión «Agua, agua!» para este cometido, haciendo suya, de manera más o menos irónica, la jerga de la delincuencia). No se levanta el telón antes de su aparición, sólo se borran de la pizarra los grafitis y las barbaridades que hay en ella si consigue llegar hasta ahí y si queda pizarra que borrar. Tiene un guión escrito para su actuación e, incluso, varias alternativas por ,si acaso, pero el público puede modificarlo (y lo más probable es que así sea) y plantear situaciones para las que no valen las alternativas previstas porque no se trata de un grupo de meros espectadores. En realidad el público es el protagonista de la función y la interpretación del actor tendrá que variar según sus reacciones. Incluso la duración de la representación depende del auditorio.
Impartir una clase de secundaria o bachillerato puede llegar a tener mucho de monólogos del Club de la Comedia -o más bien a muchos cómicos les vendría estupendamente utilizar los. métodos a los que muchos profesores tienen que recurrir-, con altas dosis de improvisación y toda una serie de recursos para captar la atención de la clientela. Menos el strip-tease tipo Full Monty (que y0 sepa), hay profesores que han intentado casi de todo con ese fin. Incluso alguno ha tratado de captar su atención a base de renunciar a captar su atención. También este truco desesperado suele tener poco éxito.
El profesor es·un actor, además, porque tiene que ocultar en lo posible sus propios avatares personales cuando está en el aula si quiere conservar algo de cordura. Su papel consiste en dar el protagonismo al alumno, que es el· que aprende gracias y a pesar del profesor y por sí mismo No importa lo que opine o sienta. El alumno aprende a través de él, igual que el buen actor deja de ser quien es para ser otro, para que el espectador vea ese otro a través de él, por mediación suya.
Por eso el profesor puede recurrir, a veces, a llevar deliberadamente la contraria al alumno como método pedagógico, independientemente de que esté de acuerdo o no, de que le guste o deteste. l0 que el alumno afirma y, por tanto, lo que él mismo tendrá que afirmar, porque lo que opine o sienta personalmente· es irrelevante aquí. Pero es que de ese modo el alumno se enfrenta a la duda, a los argumentos del contrario. De este modo se ve impelido a replantearse sus propios juicios.
Otras veces el profesor tiene que ocultar tras la máscara de su personaje sus sentimientos más íntimo~: la tristeza, la frustración, el temor, la ira, la risa. Así, se ve obligado a simular enfado por una conducta reprobable cuando lo que en realidad siente es indiferencia o incluso hilaridad si la situación es lo suficientemente grotesca o disparatada: yo he asistido a situaciones tan locas que mientras aplicaba el sermón correspondiente con el gesto más severo del que era capaz, contenía a duras penas el ataque de risa. Recuerdo, sin ir más lejos, un suceso reciente: un alumno, al parecer con el fin de pasar desapercibido ante las preguntas y observaciones del profesor y demostrando un futuro de lo más esperanzador en el noble arte del contorsionismo, introdujo su cabeza en la cajonera de su mesa sin levantarse del asiento de su silla y allí quedó atrapada. Al ponerse en pie para intentar sacar la cabeza, la mesa se levantó con él, y sólo tras varios movimientos de cuello pudo liberarse. y. todo ello en medio de una clase que, obviamente, quedó interrumpida y que costó un mundo retomar.
El profesor debería ser percibido por el alumno como una especie de transparencia, pero una transparencia necesaria, que no ha de pasar desapercibida, que ha de evitar el riesgo de ser completamente invisible, como a lente del microscopio o del telescopio, a través de la cual vemos mucho mejor. Es como un vacío que se ·limita a encauzar las capacidades del alumno; alguien cuya importancia estriba en no ser lo más importante, cuya relevancia depende de lo que hace posible y potencia en el otro-el que aprende-, no de loque es. Por eso simplemente desempeña un papel, y cuanto menos sea el mismo, mejor lo desempeñará. Se trata de que el alumno lo vea más como un instrumento, como un útil para su aprendizaje, con un punto de ese egoísmo saludable del niño deseoso de descubrir cosas para sí, más que como un individuo con convicciones, problemas personales y un sueldo más bien escaso, lo cual no hace sino entorpecer el proceso.
De hecho es frecuente que este actor sin fama se vea obligado a cambiar de registro varias veces en cada jornada, ya que las necesidades del centro exigen que imparta, por ejemplo, clase de geografia a niños de doce años inmediatamente después de haber dado una clase de filosofia a chicos de dieciocho y antes de tener una reunión con padres de alumnos o con compañeros de seminario. Su forma de hablar tendrá que adaptarse a cada caso, los ejemplos que utilice, el modo de intentar mantener la atención y el ambiente de estudio en el aula. y todo eso con muy poco tiempo para los ensayos, cuatro o cinco veces al día y cón el público reclamando la caída del telón (pidiendo la hora, como se dice en argot futbolístico).
¿Se les ocurre alguien con más acreditados merecimientos para recibir un premio Gaya?
sábado, 22 de mayo de 2010
El profesor o Morfeo, el liberador estresado
Quiero compartir con ustedes un apartado tomado de El profesor en el trinchera de José Sánchez Tortosa, el cual trata de como el profesor se ha convertido en un obstáculo para el estudiante donde el maestro proporciona su propia sombra en vez de facilitarle los procedimientos para encender las luces de las que dispone en su interior.
Además quiero compartir con ustedes un vídeo el cual nos platea reflexionar sobre la siguiente hipótesis "si la tecnología esta presente en nuestra vida ¿por qué no esta en nuestra educación?", sera que el modelo educativo se convirtió en un obstáculo para el niño y para el joven que en vez de abrir puertas y ventanas las esta cerrando
REFLEXION PARA DOCENTES
Autora: Lucy Padilla
Capítulo 2
Supongamos entonces que, en realidad, no se enseña sino que se aprende. Esto significa que la importancia del profesor consiste en saber que él no es lo más importante, en saber que debe dejar paso al proceso de descubrimiento que el alumno puede desarrollar, poniendo en práctica su deber ~tan difícil y costoso-- de desaparecer permaneciendo ahí, de no proyectar sobre el alumno sus limitaciones, manías y prejuicios, indicarlo el camino pero sin recorrerlo por el alumno. Come le dice Morfea a Neo: «yo sólo puedo mostrarte la puerta. Tú debes atravesarla». Y, al contrario, el profesor es un obstáculo si pretende enseñar al niño o al joven lo que, según piensa, no puede aprender por sí mismo. En tal caso deberíamos hablar de adoctrinar más que de enseñar. De este modo el maestro se interpone entre, el estudiante y el conocimiento de las cosas que puede adquirir por sí mismo. Le cierra caminos y ventanas en vez de abrírselos. Le proporciona su propia sombra (una oscuridad ajena) en vez de facilitarle los procedimientos para encender las luces de las que dispone en su interior.'
Por eso se necesita a alguien que no estorbe para aprender y que, además de no estorbar, ayude al estudiante a que no sea él mismo un estorbo, porque si no hay nadie en absoluto, es el propio interesado el que supone un obstáculo para sí mismo a la hora de aprender.Igual que se requiere la presencia de otro (el profesor) para que el alumno esté solo, ni siquiera perturbado por su propio mundo exterior, de modo que aprenda por sí mismo y se prepare para el día en que no haya nadie a su lado, también se requiere la presencia del profesor para que el alumno no sea un obstáculo para sí mismo y aprenda, de forma que llegue el día en que no necesite al profesor para impedir que lo sea.
Y resulta que ese obstáculo conocido por el título de profesor vive tiempos convulsos y frustrantes. Uno de los problemas actuales de su profesión (particularmente, pero no sólo, en la rama de Letras) es que puede resultar una salida laboral ante la escasez de oferta de empleo para determinadas carreras universitarias. Muchos se hacen profesores porque: no encuentran trabajos mejores en otras profesiones. Por ello van a dar clase con una formación académica' vinculada a su especialidad, pero sin la técnica ni la experiencia necesarias hoy día para mantener en el aula un ambiente de estudio que permita desarrollar esos conocimientos adquiridos en la facultad correspondiente. No pocas veces, además, carecen de la vocación para semejante trabajo. A bastantes profesores de secundaria y de bachillerato no se les prepara para dar clase. Se les prepara, en el mejor de los casos, para tener unos conocimientos. Pero para transmitirlos y, sobre todo, para que esa transmisión se pueda llevar a efecto en' un aula, tiene que haber receptores que. lo sean, es decir, dispuestos a recibir la información. Ante la ausencia de esa receptividad, el profesor se ve obligado a conquistarla por medio de firmeza, paciencia, experiencia y una formación puramente autodidacta. Es decir, se trata de una labor para la que no ha sido técnicamente preparado, y para la que no todos valen, ya que precisa de unas facultades psicológicas determinadas sin las
que no es fácil mantener la cordura mucho tiempo en un aula de secundaria.
Es inevitable, dadas las condiciones actuales de la enseñan~a media en España, que el profesor sea para el alumno -de secunda-ria, especialmente-una especie de policía o guardia jurado antes que fuente de conocimiento. Es decir, lo primero que ve el adolescente en el profesor es su tarea de impedirle salir de clase, obligarle a estar sentado y callado e, incluso, con una osadía incomprensible, leer, escribir y hacer cuentas. El alumno no ve en el profesor su capacidad para ayudarle a descubrir cosas y aprender. Esta percepción eclipsa y hace opaca la relación intelectual que debería establecerse entre profesor y alumno y trasluce, en cambio, una relación de fuerzas y autoridad, una verdadera batalla psicológica, tensión que acaso sea inevitable. Si ya de por sí, corno hemos explicado, el profesor es un obstáculo, esta situación hace que lo sea aún más, de forma que entorpece el aprendizaje del niño al aparecer a sus ojos con una función más disciplinaria que docente y, por tanto, provoca en él una pre-disposición negativa en términos pedagógicos, y un abierto rechazo en términos personales. Además, sucede que esa función disciplinaria tiene cada vez menor fuerza. Con lo cual el profesor es esa figura un tanto ridícula incapaz de desempeñar la única función real que el Estado le ha asignado: mantener a los adolescentes (en etapa educativa obligatoria) dentro de un aula y fuera, por tanto, de las calles, con el menor riesgo físico posible para sus semejantes y para sí mismos. Cuántos profesores se replantean su profesión hartos de tener que echar broncas e idear castigos -a cuál más sofisticado, pues ya muy pocos son efectivos-, en lugar de dar clase, que es lo que a los buenos maestros les suele gustar.
El profesor siempre es un obstáculo. Cuanto menos lo sea, más aprenderá el alumno, pero no puede dejar de serio en absoluto. Sin embargo, en nuestras aulas el profesor ha pasado de ser ese obstáculo imprescindible (y por eso también paradójico) que deja paso al aprendizaje del alumno para ser un muro colérico o derrotado, furioso o resignado, de opacidad infranqueable, un bloque granítico tras el cual quedan ocultos y sepultados los conocimientos que acaso tenga y que un día sonó compartir y transmitir.
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